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lunes, 9 de agosto de 2010

Nigeria

Nigeria (nombre oficial, Federal Republic of Nigeria, República Federal de Nigeria), república federal situada en África occidental, que limita al norte con Níger, al este con Chad y Camerún, al sur con el golfo de Guinea, y al oeste con Benín. Es uno de los países más poblados de África y tiene una extensión de 923.768 km². Su nombre proviene de su río principal, el Níger. La capital es Abuja y Lagos la ciudad de mayor tamaño.

Aunque en principio estaba formada por una cierta cantidad de reinos y estados con una base multiétnica, el área de la moderna Nigeria llegó a estar bajo mandato británico hacia 1906. El 1 de octubre de 1960 se convirtió en una nación independiente dentro de la Commonwealth. Nigeria estuvo gobernada por los militares desde 1966 hasta 1979, tras un periodo de tensiones entre sus grupos étnicos, en especial los yoruba del suroeste, los ibo del sureste y los hausa y fulani del norte. Entre 1967 y 1970 los pueblos ibo del sureste intentaron conseguir sin éxito la secesión de Nigeria al formar la república de Biafra. El periodo de mandato civil (1979-1983) terminó con un golpe de Estado. Desde entonces se ha mantenido un gobierno militar con diferentes dirigentes; el último intento de devolver el gobierno civil a Nigeria llevó a la anulación de los resultados de las elecciones de agosto de 1993 y a un nuevo golpe militar en noviembre de ese año.

La mayor parte de Nigeria está formada por una meseta baja cortada por ríos, especialmente el Níger y el Benue. La casi totalidad del país cuenta con terrenos adecuados para la agricultura. Su principal recurso no agrario está constituido por los depósitos de petróleo y gas natural situados en la costa.

Nigeria tiene dos zonas climáticas diferenciadas. A lo largo de la costa, la masa de aire ecuatorial marítimo permite una humedad alta y fuertes precipitaciones. Hacia el norte, la masa de aire continental tropical lleva vientos secos y cargados de polvo (viento harmattan) desde el Sahara; la temperatura varía considerablemente con la estación, al igual que las precipitaciones, que son mucho menores que en el sur. Las lluvias más intensas tienen lugar entre abril y octubre; las precipitaciones oscilan entre los 2.500 mm en Port Harcourt en el delta del Níger, hasta los 870 mm en Kano, en el norte.

Las áreas de vegetación van paralelas a las zonas climáticas. El sur, un área bien regada, está parcialmente cubierta por los restos de una densa selva tropical que contiene maderas nobles como caoba y obeche; las palmeras para la producción de aceite son muy abundantes. En las regiones de la meseta y de la sabana, las selvas dan paso a una pradera y a árboles resistentes como el baobab y el tamarindo; en la región extrema del noreste del Sahel prevalece una vegetación semidesértica. En las regiones pantanosas y de selva se pueden encontrar cocodrilos y serpientes. Los grandes mamíferos africanos que fueron característicos de Nigeria han desaparecido a causa de los numerosos asentamientos humanos. Quedan algunos antílopes, camellos y hienas en el norte.

Con más de 250 grupos étnicos, Nigeria es un complejo mosaico lingüístico, social y cultural. Más de la mitad de la población está formada por los pueblos hausa y fulani del norte, los yoruba del suroeste y los ibo del sureste. Otros grupos étnicos son los edo, ijaw e ibibio del sur, los nupe y tiv de la parte central del país y los kanuri del noreste.

El idioma oficial de Nigeria es el inglés. La lengua más extendida, sobre todo en el norte, y hablada por los yoruba, ibo, kanuri y tiv, es el hausa, una lengua franca del África occidental.

Al menos el 48% de las gentes de Nigeria son musulmanes y la mayoría habita en las áreas hausa, fulani y kanuri en el norte. Alrededor del 34% de los nigerianos son cristianos; el catolicismo está centrado en el sureste, mientras los metodistas y anglicanos tienen una mayor influencia en el suroeste. El resto de la población sigue las religiones tradicionales, que se concentran sobre todo en Nigeria occidental.

Dentro de las fronteras de la moderna Nigeria perviven algunas de las más antiguas tradiciones educativas y artísticas de África occidental a las que se han sumado las influencias del mandato colonial británico y del sistema educativo misionero europeo. Los bronces de Benín mostraron por primera vez la existencia de unas ricas y antiguas tradiciones artísticas y artesanales. La Nigeria poscolonial ha desarrollado también una tradición artística igualmente rica que cuenta con pintores, escultores y trabajadores del metal así como una fuerte industria de cine y televisión. La moderna literatura nigeriana es particularmente rica; durante la década de 1970, un gobierno federal cada vez con más autoconfianza buscó la rápida modernización de Nigeria, mediante una educación de tipo occidental, cuya financiación ha sido posible gracias a los ingresos procedentes del petróleo.
Nigeria era tradicionalmente un país agrícola, que satisfacía la mayor parte de sus necesidades alimenticias y exportaba una variedad de productos, en especial el aceite de palma, cacao, caucho y cacahuete (maní). Sin embargo, en la década de 1970 el petróleo había ocupado el lugar de los cultivos industriales como principal recurso para obtener divisas y había transformado la economía nigeriana.
Los mayores ingresos procedentes del petróleo elevaron el producto interior bruto (PIB) de Nigeria en una media anual del 6,9% durante 1965-1980. Sin embargo, desde 1980 hasta 1988 el PIB cayó en un 1,1% anual al igual que lo hicieron los precios e ingresos por el petróleo. En 2006 se estimaba el PIB en 115.338 millones de dólares. La drástica caída en los ingresos del petróleo, junto a un rápido crecimiento de la población, dieron lugar a un descenso del PIB per cápita, que era de 520 dólares al año a mediados de la década de 1960, y de 797 dólares en 2006.
La moneda nacional de Nigeria es el naira, que se divide en 100 kobo (128,70 naira equivalían a un dólar estadounidense en 2006). La moneda y la banca están supervisadas por el Banco Central de Nigeria (fundado en 1958). A comienzos de la década de 1990 había unos 120 bancos, entre los que se encontraban algunos europeos y estadounidenses. Desde 1976 todos los bancos que operan en el país deben ser al menos en un 60% propiedad nigeriana.

La vida política de Nigeria desde su independencia en 1960 se ha caracterizado por la rivalidad entre las fuerzas tradicionalistas musulmanas hausa y fulani, que dominan en el norte, y las del sur, más moderno y occidentalizado, dirigido por políticos yoruba e ibo, así como por las continuas intervenciones militares en la política. Tras el mandato militar que tuvo lugar desde 1966 hasta 1979, el gobierno civil fue restablecido el 1 de octubre de ese último año, con la Constitución promulgada en 1978 y suspendida tras un golpe de Estado el 31 de diciembre de 1983. Se esperaba que la promulgación de una nueva Constitución en 1989 preparara el camino para la vuelta a un mandato civil a comienzos de la década de 1990; sin embargo, se derogó tras un nuevo golpe militar en 1993 y se restauró la Constitución de 1979. Al mismo tiempo, se prohibió toda actividad política, se disolvieron los dos partidos políticos, al igual que el Parlamento, y se destituyó a los 30 gobernadores estatales. En mayo de 1993 se creó una Conferencia Constitucional Nacional, que en abril de 1995 adoptó el borrador de una nueva constitución, que preveía una presidencia rotatoria, alternándose en el cargo los grupos hegemónicos del norte y los del sur. También especificaba la creación de un nuevo estado (dentro de la configuración federal del país) y áreas de gobierno local, nuevos distritos electorales y el levantamiento de la prohibición de las actividades políticas. Finalmente, la transición democrática se plasmó en 1999, cuando entró en vigor la nueva Constitución.

Se conoce poco de la historia más antigua de Nigeria, pero los arqueólogos han descubierto evidencias de una cultura neolítica (c. 500 a.C.-200 d.C.) en Nok, al suroeste de la ciudad de Jos, en Nigeria central.

En la parte septentrional del actual territorio de Nigeria se emplazaron varios estados organizados durante la edad media. Hacia el siglo VIII, la región al suroeste del lago Chad formaba parte del Imperio Kanem-Bornu, que en 1086 adoptó el islam. Hacía el año 1300 Bornu era un floreciente centro de la cultura islámica que rivalizaba con el Imperio de Mali, en el oeste. Bornu alcanzó su cenit como reino independiente bajo Idris Alooma, quien extendió su mandato sobre muchos de los estados hausa orientales que habían existido en el área occidental de Kanem-Bornu desde el siglo XI; los estados occidentales cayeron bajo el poder de Songay. Tras la desintegración de Songay y la decadencia de Kanem-Bornu a finales del siglo XVI, los estados hausa obtuvieron de nuevo su independencia y siguieron floreciendo hasta comienzos del siglo XIX. Los fulani, que entonces obtuvieron una mayor preeminencia bajo Usman dan Fodio, se habían establecido en el territorio hausa desde finales del siglo XVI. En la parte sur del país los yoruba tenían sus propios estados en el oeste, cuyos centros eran Ife y Oyo; los edo gobernaban en Benín, en las partes sur y centro actuales, y los ibo en el este, en el delta del Níger y al norte de esta región. Todos estos pueblos antes o alrededor del año 1400 d.C. habían adquirido la forma de estado.
Tanto los portugueses como los británicos establecieron puestos de comercio de esclavos en el área del delta del río Níger durante los siglos XVII y XVIII. Hacia el interior penetraron exploradores en busca del nacimiento del río Níger, destacando las expediciones que realizó el viajero escocés Mungo Park en 1795 y 1796, y las de los exploradores británicos Richard Lemon Lander y John Lander en 1830 y 1831. Durante el siglo XIX el aceite de palma se convirtió en un artículo de tanta importancia para el comercio que la región del delta llegó a ser conocida como Oil Rivers (Ríos de Aceite). Se instaló un cónsul británico en Calabar y posteriormente en Lagos, lugares donde los comerciantes británicos estaban firmemente asentados. En 1861 Gran Bretaña tomó el control absoluto de Lagos.
Tras la conclusión de varios tratados con los jefes nativos se estableció el Protectorado Británico de Oil Rivers en el sur de Nigeria. En 1886 se concedió a la Compañía Real de Níger un privilegio para gobernar el territorio del protectorado, se creó una policía armada y se establecieron servicios gubernamentales. En 1893 cambió el nombre por el de Protectorado de la Costa de Níger. En 1897 se añadió el reino de Benín, en el suroeste, y tras una expansión mayor hacia el sureste, en 1900 la región pasó a ser conocida como el Protectorado de Nigeria del Sur. Ese mismo año se revocó el privilegio que había sido concedido a la Compañía Real de Níger y se proclamó el Protectorado de Nigeria del Norte.
Ninguno de los dos protectorados se encontraba bajo el control británico absoluto en el momento de su establecimiento. Toda el área de la actual Nigeria, sin embargo, se reconocía como británica según los acuerdos firmados en la Conferencia de Berlín (1884-1885) entre Gran Bretaña, Alemania y Francia que dividían una gran parte de África en esferas de influencia. Las tropas británicas combatieron con los seguidores de emires musulmanes en el norte y con pueblos nigerianos que aún estaban involucrados en el comercio de esclavos después de su prohibición por parte de los británicos en 1807. En 1914 la dominación británica fue completa al unirse la colonia y el protectorado de Nigeria. Para las funciones administrativas el país se dividió en la colonia de Lagos y dos grupos de provincias en el protectorado, las del norte y las del sur.
Frederick Dealtry Lugard fue el primer gobernador general de la Nigeria unida. Dejó muchas funciones de gobierno local a los jefes tribales tradicionales o a sus consejos, que actuaban bajo la supervisión y con la ayuda y asesoramiento de administradores británicos según el sistema de Indirect Rule (administración indirecta). En 1922 la Sociedad de Naciones añadió al Protectorado el mandato de una zona de Camerún. En ese mismo año se inauguró el consejo legislativo nigeriano, que tenía autoridad legislativa limitada sobre la colonia de Lagos y las provincias del sur; las provincias del norte permanecieron bajo la jurisdicción de un gobernador británico. El antiguo mandato de la Sociedad de Naciones de Camerún pasó a ser un territorio confiado a las Naciones Unidas en 1946 y permaneció bajo la administración británica.
Las peticiones nigerianas de autogobierno después de la II Guerra Mundial dieron lugar a una serie de efímeras constituciones. La primera, en 1945, establecía legislaturas provinciales con una participación limitada de los nativos en el gobierno. A través de continuos cambios constitucionales se concedió a Nigeria un gobierno de tipo federal y las provincias se consolidaron en tres estados federados (Oriental, Occidental y Septentrional), cada uno con un nivel de autonomía diferente. En 1954 Nigeria se convirtió en una federación y se le dio a cada región la opción de asumir la condición de autogobierno estableciendo ciertas garantías para la unidad de la Federación. En 1957 le fue concedida la autonomía a las regiones Oriental y Occidental y en 1959 a la Septentrional.
El 1 de octubre de 1960 Nigeria se convirtió en Estado independiente en el marco de la Commonwealth. El 7 de octubre fue admitida en las Naciones Unidas. El primer ministro federal, sir Abubakar Tafawa Balewa, dirigió un gobierno de coalición que representaba a los principales partidos de los estados Septentrional y Oriental. El gobernador federal era Nnamdi Azikiwe, que pasó a ser presidente cuando Nigeria se convirtió en República el 1 de octubre de 1963. Mientras tanto, el 11 y 12 de febrero de 1961, la parte norte del antiguo Camerún británico había votado su incorporación a Nigeria.

Desde los primeros días de la independencia, las rivalidades étnicas y las diferencias políticas y religiosas pusieron en peligro la unidad de la Federación. En 1962 se produjo una importante crisis política en la región Occidental, dominada por el Grupo de Acción de la Etnia Yoruba. Este partido, que había constituido el principal bloque de oposición a la coalición gubernamental, se dividió durante ese año. Su dirigente parlamentario, que había mostrado temores ante una conspiración federal para romper el poder del partido, fue acusado de traición en 1963 y sentenciado a diez años de prisión. Mientras tanto, como resultado del referéndum que tuvo lugar a mediados de 1963 en dos distritos de la región Occidental, donde la mayoría estaba formada por pueblos de otras etnias, se formó la nueva región del Medio Oeste.

Los altercados y la corrupción política, que impacientaban cada vez más a los jóvenes oficiales del Ejército, culminaron en un golpe de Estado en enero de 1966 que costó la vida al primer ministro Balewa y a dos primeros ministros regionales; el general Johnson Aguiyi-Ironsi estableció un gobierno militar y abolió el sistema federal. En julio oficiales del norte encabezaron la reacción y mataron a Ironsi. Su sucesor, el general Yakubu Gowon, restableció la federación. Durante este periodo muchos ibo que vivían en el norte murieron o tuvieron que buscar refugio lejos de su tierra natal, en el este. Las relaciones entre el gobierno federal y los ibo siguieron empeorando; en mayo de 1967 el gobierno federal anunció su intención de dividir la región Oriental en tres estados, que dejarían a los ibo sin acceso al mar y les cortaría la ruta a las ricas zonas petrolíferas de la región. Fue entonces cuando la región Oriental se separó y se proclamó independiente como Biafra. En julio se inició una guerra que duró dos años y medio antes de que la resistencia de Biafra fuera superada en enero de 1970.
Mientras la vida en la región Oriental volvía a la normalidad, Nigeria disfrutó durante cuatro años de un rápido crecimiento económico impulsado por los crecientes ingresos provenientes del petróleo y el país se convertía en el quinto productor mundial de este producto. Sin embargo, el continuo mandato militar, a pesar de las promesas de volver a un gobierno civil, llevó a una continuada inestabilidad. El 29 julio de 1975 Gowon fue expulsado tras un golpe de Estado encabezado por el general Murtala Ramat Muhammad, y a su vez Muhammad fue asesinado en un fallido intento de golpe de Estado el 13 de febrero de 1976. Su sucesor, el general Olusegun Obasanjo, presidió la transición hacia un gobierno civil que culminó en la promulgación de una nueva Constitución y en la elección en el verano de 1979 de un nuevo presidente de la República, Shehu Shagari.
El gobierno de Shagari, al igual que el de sus predecesores, intentó destinar los ingresos del petróleo para la financiación de un ambicioso programa de desarrollo económico. Además, Shagari trató de realizar una ‘revolución verde’ para estimular la productividad agrícola y disminuir la creciente dependencia del país de las importaciones de alimentos. El debilitamiento del mercado petrolero a comienzos de la década de 1980 supuso un severo golpe a estas pretensiones; los ingresos por exportaciones de crudo, que en 1980 habían sobrepasado los 20.000 millones de dólares, cayeron hasta los 10.000 millones en 1982, y Nigeria fue incapaz de pagar sus deudas a corto plazo. Con escasez de divisas, el país tuvo dificultades para efectuar las importaciones necesarias, y la economía, que ya estaba debilitada por la mala administración y la corrupción, cayó en una fuerte recesión.
En enero de 1983 el gobierno ordenó la expulsión de todos los extranjeros no cualificados. Al menos un millón de personas salieron, aunque muchos regresaron pronto. Ese mes de agosto, Shagari obtuvo la reelección; su organización política, el Partido Nacional de Nigeria, mostró también una fuerza abrumadora en las posteriores votaciones para el parlamento federal. La situación económica de Nigeria siguió empeorando y Shagari fue depuesto en 1983 en un golpe encabezado por el general Muhammad Buhari, el cual instauró un programa de austeridad muy rígido que le hizo impopular. En 1985 fue depuesto por un golpe de Estado sin derramamiento de sangre encabezado por el general de división Ibrahim Babangida, que suspendió los decretos más impopulares. Babangida renegoció parte de la deuda de Nigeria y reforzó el control gubernamental sobre los negocios para mejorar de este modo la economía nacional. A comienzos de 1990 desbarató un intento de golpe de Estado; como parte del programa para regresar a un gobierno civil se convocaron elecciones locales en 1990 y parlamentarias en 1992. En junio de 1993 se celebraron elecciones para elegir un presidente civil; el ganador fue un millonario hombre de negocios, Moshood Abiola, pero el gobierno anuló los resultados de las elecciones. En agosto Babangida cedió su cargo como presidente, y pasó el poder a un gobierno interino encabezado por Ernest Shoneka. El ministro de Defensa, el general Sani Abacha, derrocó al gobierno de transición en noviembre, prohibió toda actividad política y encarceló a muchos de sus oponentes, como el propio Abiola. Sin embargo, presionado por los gobiernos acreedores de Nigeria, anunció con posterioridad que habría una vuelta al gobierno civil en distintas fases y que el traspaso de poder comenzaría en enero de 1996, con el levantamiento de la prohibición de las actividades políticas. En 1993, después de un nuevo golpe de Estado, se creó una Comisión Constitucional Nacional, que estableció un nuevo borrador de Constitución en abril de 1995 en el que la presidencia se alternaría entre una personalidad del norte y otra del sur; la Comisión informó también de que enero de 1996 era una fecha demasiado temprana para el restablecimiento de un sistema multipartidista, indicando con esto que la vuelta a un gobierno civil sería, de producirse, gradual.
En este contexto se encuadran las medidas represivas ejercidas contra importantes personalidades de la vida política y cultural de Nigeria. En noviembre de 1995, el escritor Ken Saro-Wiwa, uno de los líderes de los ogoni (pueblo nigeriano que trata de acceder a cierto nivel de autonomía y cuyo territorio constituye la mayor zona productora de petróleo del país), fue ahorcado junto con otros miembros de su misma etnia acusado de haber participado en cuatro asesinatos, en un juicio carente de las mínimas garantías procesales; en marzo de 1997, el premio Nobel Wole Soyinka, huido del país en 1994 tras el golpe de Estado, fue acusado por las autoridades militares nigerianas de un delito de alta traición, lo que podría suponer su condena a muerte.
En diciembre de 1997 se celebraron elecciones legislativas y regionales, que dieron el triunfo al Partido Unido del Congreso, respaldado por el presidente del país, el general Sani Abacha. El partido gubernamental logró una aplastante victoria en los comicios —celebrados en medio de la apatía popular— y obtuvo 31 de los 40 escaños en disputa. Los comicios fueron presentados como paso previo a la vuelta al poder civil en unas elecciones previstas para el año siguiente.
Ante la ausencia de un plan decidido para iniciar la transición a la democracia, la oposición inició una campaña de movilizaciones tendentes cuyo fin último era el derrocamiento de Abacha, quien, de modo repentino, murió el 8 de junio de 1998. Le sucedió en el cargo Abdulsalam Abubakar, quien prometió que respetaría el programa de democratización.
En ese contexto, el 7 de julio se produjo la muerte repentina del opositor Moshood Abiola, que, aunque encarcelado, había iniciado contactos con miembros del gobierno y de organismos internacionales con el fin de acordar la transición pacífica hacia un régimen civil pluripartidista.
Abubakar convocó elecciones democráticas y puso en libertad a varios disidentes. El ex presidente Olusegun Obasanjo, al frente del Partido Democrático Popular (PDP), apoyado por el Ejército, obtuvo la victoria en las elecciones presidenciales celebradas en febrero de 1999. El 29 de mayo de ese año, el mismo día que entró en vigor la nueva Constitución, se convirtió en el primer presidente civil de la República desde 1983. A partir de su llegada al poder, se incrementó la tensión religiosa entre las comunidades católica y musulmana, especialmente a raíz de que en febrero de 2000 los islamistas del estado de Kaduna pretendieran implantar la sharia (ley islámica), como ya había hecho otro estado del norte del país.
Obasanjo fue reelegido jefe del Estado el 19 de abril de 2003, al obtener el 61% de los sufragios y superar al ex presidente Muhammad Buhari, líder del Partido de Todos los Pueblos de Nigeria. Los resultados de estos comicios fueron denunciados por la oposición, en tanto que una misión de observadores de la Unión Europea, si bien detectó fraudes localizados, consideró suficientemente válido el proceso electoral. Una semana antes, el PDP de Obasanjo también había vencido en las elecciones legislativas, logrando mayoría absoluta en la Cámara de Representantes y en el Senado.
En los comicios presidenciales desarrollados el 21 de abril de 2007, se impuso el candidato del PDP, Umaru Musa Yar'Adua, quien recabó el 70% de los votos y sustituiría por tanto en la jefatura del Estado a Olusegun Obasanjo. Este proceso electoral, cuya presunta fraudulencia denunció la oposición, fue también criticado por los observadores internacionales, que manifestaron haber detectado múltiples irregularidades en el mismo.