Malaysia o Malaisia (nombre oficial, Persukutua Tanah Malaysia, Federación de Malaysia), federación de varios estados y monarquía constitucional situada en el Sureste asiático. Está constituida por dos regiones distintas separadas por el mar de la China meridional unos 650 km, una de ellas peninsular (Malaysia occidental), que limita con Tailandia y Singapur, y otra insular (Malaysia oriental), fronteriza con Brunei e Indonesia, estados con los que comparte la isla de Borneo. Es miembro de la Commonwealth y de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Malaysia se formó el 16 de septiembre de 1963 por la unión federal de los once estados de la Malaysia peninsular, que entonces formaban la Federación Malaya (una nación independiente desde 1957) junto con el estado autogobernado de Singapur (que abandonó la nueva federación en 1965), de la antigua colonia británica de Sabah (Borneo del Norte) y de Sarawak. Malaysia tiene una superficie total de 329.758 km².
El territorio federal de Kuala Lumpur es la capital y ciudad más importante de Malaysia; a pocas decenas de kilómetros hacia el sur desde esta ciudad se localizan Putrajaya, la nueva capital administrativa del país y sede del gobierno federal, y Cyberjaya, una ‘ciudad inteligente’ planeada para albergar más de 200.000 habitantes, formando ambos centros urbanos parte del Supercorredor Multimedia (Multimedia Super Corridor, MSC), un pasillo verde tecnológico de 50 km de largo y 15 de ancho.
La Malaysia peninsular tiene un área de 131.598 km2 y se extiende principalmente por la península de Malaca. Su topografía está dominada por una serie de cadenas montañosas que se extienden desde el norte hasta la mitad de la península; la más importante es la cadena principal, o Banjaran Besar (también conocida como Barisan Titiwangsa), cuyo punto más elevado es el monte Kinabalu con 4.101 m de altitud. Unas tierras costeras, densamente pobladas, bordean las cadenas montañosas al oeste; por el este las tierras bajas son más estrechas y están cubiertas por vegetación; en el sur, la península es relativamente llana y es la zona donde destaca la actividad turística.
El clima de Malaysia, excepto en las altas montañas, es cálido y húmedo a lo largo de todo el año. Las temperaturas diarias varían desde unos 21 ºC hasta 32 ºC de promedio. Las precipitaciones suelen ser elevadas y se distribuyen a lo largo de todo el año, aunque hay unos máximos durante los meses del monzón del noreste, de noviembre a marzo. Las vertientes norte de Sarawak y Sabah, más expuestas al monzón, reciben hasta 5.080 mm de precipitación anual. Las precipitaciones para la península alcanzan unos 2.540 mm de promedio anual.
El clima tropical de Malaysia permite el crecimiento de una vida vegetal y animal abundante y diversa. Más de la mitad de la superficie está cubierta por selvas tropicales y bosques caducifolios en las montañas. Una gran parte de la selva es virgen, sobre todo en Sabah y Sarawak.
Entre la fauna de Malaysia encontramos elefantes, rinocerontes, jabalíes, toros salvajes, orangutanes, gibones y numerosos felinos como tigres y leopardos. Muchas de estas especies, como los orangutanes, los rinocerontes y los felinos, están en peligro de extinción y se encuentran protegidas. Sabah y Sarawak tienen una de las poblaciones de aves mayores y más variadas del mundo; entre ellas se cuentan numerosas clases de buceros, loros, faisanes, vencejos y pájaros carpinteros. Las pequeñas islas al otro lado del puerto de Kora Kinabalu, en la costa occidental de Sabah, poseen una vida marina muy rica, destacándose sus arrecifes de coral.
Malaysia tiene una población muy diversa que refleja su posición en una de las mayores encrucijadas de Asia. Los malayos constituyen el 50% del total de la población del país; alrededor del 24% de la población es china, el 9% lo constituyen pueblos de etnias de Borneo, un 8% son indios y el resto pertenecen a diversas etnias y culturas, como orang asli, paquistaníes, filipinos, indonesios y europeos. Los orang asli fueron los habitantes originarios de la península, pero hoy sólo forman una pequeña minoría de la población; se dividen étnicamente en: los jakun, que hablan un malayo arcaico, los semang y los senoi, cuyas lenguas pertenecen a la familia mon-khmer; los orang asli practican sobre todo religiones tradicionales.
El idioma oficial es el bahasa malaysia (malese), basado en el malayo y hablado por aproximadamente el 58% de la población. Otros idiomas importantes son el chino (9%), el tamil (un idioma indio, 4%) y el iban (3%). También está muy extendido el inglés. La religión nacional de Malaysia es el islam, y alrededor de la mitad de la población, sobre todo los malayos, son musulmanes. Sin embargo, la Constitución garantiza la libertad religiosa y numerosos grupos étnicos practican una gran variedad de creencias. Alrededor del 25% de la población, casi todos ellos chinos, practican la denominada religión china, una mezcla de budismo, confucianismo y taoísmo; otro 6%, también chinos en su mayoría, son budistas; los indios forman el 7% de la población que es hindú. Los cristianos son aproximadamente el 6% de la población; el mayor grupo étnico de Sabah, los kadayan, son cristianos. Muchos de las etnias de Sabah y Sarawak tienen creencias tradicionales.
Malaysia ha pasado de ser un país en vías de desarrollo que dependía de la producción y exportación de materias primas, a convertirse en uno de los países más rápidamente industrializados y el tercero más rico del Sureste asiático. Bajo la Nueva Política Económica (NPE) iniciada en 1970, que pretendía una mejor distribución de la renta nacional y diversificar la estructura y propiedad de la economía, hasta entonces dominada por la comunidad china (lo que provocó varios enfrentamientos étnicos), Malaysia se ha convertido en uno de los primeros productores de componentes electrónicos en el mundo. Fue también el primer país del Sureste asiático en desarrollar un automóvil nacional, el Proton Saga. Cuando finalizó la NPE en 1990, la industria representaba casi el 30% del producto interior bruto (PIB), una cifra elevada comparada con el 20% de la década anterior; en 2002 suponía el 33,5% del PIB. A comienzos de la década de 1990, los productos industriales representaban casi el 60% del total de los ingresos procedentes de las exportaciones, y hoy la cifra es similar. En 2006 la construcción suponía el 2,70 por ciento.
El sector económico terciario se expandió también muy rápidamente bajo la NPE y hoy los servicios son las actividades económicas más importantes. En 2006 suponía el 41,3% del PIB. El turismo, al igual que los servicios financieros, ha crecido sustancialmente desde la década de 1970 y hoy proporciona numerosos ingresos de divisas. Desde la década de 1990 Malaysia es un destino turístico importante, con unos 17,5 millones de visitantes en 2006, lo que supuso 4.018 millones de dólares de ingresos en divisas. Aunque más del 90% del turismo visita la Malaysia peninsular, el turismo en Sabah y Sarawak está creciendo también.
Bajo la NPE, la economía de Malaysia creció más rápido que su población; los ritmos de crecimiento dieron un promedio de alrededor del 6% anual entre 1970 y 1990. En 2006 el producto interior bruto (PIB) se estimaba en 150.672 millones de dólares. Esto equivalía a 5.769,90 dólares per cápita, uno de los más elevados en el Sureste asiático. En 1991 el gobierno federal puso en marcha el ambicioso programa “Visión 2020” con el fin de convertir a Malaysia en un país desarrollado para el mencionado año. El crecimiento económico durante el periodo 1990-2002 alcanzó el 6,2% anual.
La unidad monetaria malaya es el ringgit (también conocida anteriormente como dólar malayo), que se divide en 100 sen (en 2006 un dólar estadounidense equivalía a 3,70 ringgit). El banco central es el Bank Negara Malaysia (1959) y es emisor de moneda. Kuala Lumpur es la sede de una bolsa de comercio. El sector financiero se expandió ampliamente bajo la Nueva Política Económica (NPE) del gobierno.
La historia más antigua de la región que hoy es Malaysia es poco conocida a causa de la falta de documentos locales y la casi total ausencia de restos arqueológicos. De acuerdo con fuentes chinas, sin embargo, la India fue quien tuvo los primeros contactos con ella. Los comerciantes también divulgaron las culturas de la India, que afectaron las costumbres de los nativos y los rituales de los gobernantes locales. La Malaysia peninsular no estuvo políticamente unificada sino que estaba dividida en pequeños reinos y subdividida en estados casi independientes, definidos por valles fluviales. El mandato de Borneo estaba todavía más fragmentado; algunos de los reinos continentales estaban controlados de algún modo, por mayores imperios centrados en Camboya o Sumatra.
Alrededor del 1400 d.C. se fundó en el continente el reino de Malaca (también escrito Melaka), casi con toda probabilidad por un príncipe refugiado del estado vecino de Johor. Se convirtió al islam, que se expandió por el área a través de los comerciantes de la India, y Malaca se convirtió en un centro para la posterior expansión de la fe musulmana. El reino prosperó y expandió su territorio, pero en 1511 fue conquistada por los portugueses bajo Alfonso de Albuquerque. Los portugueses permanecieron en Malaca a pesar de los enfrentamientos constantes con Johor, Achin (también escrito Aceh) en Sumatra y otros estados. Sin embargo en 1641, el reino cayó en manos de los holandeses quienes se convirtieron en el poder comercial europeo dominante en la región durante los siguientes doscientos años. Al igual que sus predecesores portugueses, los holandeses mantuvieron constantes enfrentamientos con los reinos vecinos y consiguieron extender su influencia a algunas partes de Johor. En este periodo los reinos malayos del norte, Perlis, Kedah, Kelantan y Trengganu, estaban generalmente bajo influencia siamesa.
En el siglo XVIII los británicos comenzaron a actuar en el área, en parte por intereses comerciales, pero también para comprobar el poder francés en el océano Indico. En 1786 el sultán de Kedah, buscando ayuda contra los siameses, arrendó la isla de Pinang a la Compañía Británica de las Indias Orientales. En 1819 Thomas Stamford Raffles, representante de la Compañía Británica de las Indias Orientales fundó Singapur y en 1824 Gran Bretaña adquirió Malaca a los holandeses. Singapur, Pinang y Malaca (conocidos en su conjunto como los Asentamientos del Estrecho) pasaron a ser entonces gobernados por los británicos.
Desde 1850, hubo una rápida expansión de la minería del estaño en la península de Malaca, y los mandatarios malayos y los inmigrantes chinos que trabajaban en las minas se vieron envueltos en disputas territoriales; ante el temor de que estas disputas pudieran interrumpir el comercio, los británicos se movilizaron para tomar el control de los estados peninsulares. Utilizando la diplomacia y aprovechando la ventaja de las luchas dinásticas, convencieron a los mandatarios de aceptar consejeros británicos, quienes dictaban la política a seguir.
Antes de la II Guerra Mundial los estados estaban clasificados como federados o no federados, en los que el control británico era menos firme. Los estados federados era Perak, Selangor, Negri Sembilan y Pahang, y los no federados, Johor y los cuatro del norte, que en 1909 fueron adquiridos por los británicos a Siam (hoy Tailandia). A la cabeza del sistema de gobierno británico había un alto comisionado, que era también gobernador de los Asentamientos del Estrecho. Hasta el siglo XIX, el área de los actuales estados malayos en Borneo, estuvo en gran parte bajo la dominación del poderoso sultanato musulmán de Brunei. Anteriormente, los europeos habían comerciado con el norte de Borneo, pero no habían construido ningún asentamiento permanente; sin embargo, en 1841, el sultán de Brunei recompensó a James Brooke, un aventurero inglés que le había ayudado a suprimir a los rebeldes, donándole tierras y concediéndole el título de rajá de Sarawak; Brooke y sus sucesores 'rajás blancos' hacia 1905 expandieron el territorio hasta las fronteras actuales de Sarawak. Hacia el este, los sultanes de Brunei y Sulú arrendaron la tierra a los comerciantes extranjeros. El arrendamiento fue aceptado por el sindicato de comerciantes británicos en 1877; más tarde, el sindicato firmó tratados con ambos sultanes, obteniendo el control total sobre el territorio. En 1881 el sindicato se convirtió en la Compañía Británica de Borneo del Norte (con carta de privilegio), después de haber obtenido una cédula real para administrar el área. Borneo del Norte y Sarawak se convirtieron en protectorados británicos en 1888.
Los japoneses se apoderaron de Malaya, Sarawak y Borneo del Norte en 1942 y permanecieron ocupadas hasta que en 1945 finalizó la II Guerra Mundial. El movimiento por la independencia que surgió después de la guerra se complicó por las rivalidades étnicas. Los británicos habían alentado la emigración china e india para obtener la mano de obra necesaria para las industrias del estaño y caucho, entre otras. En la década de 1940, la población de los estados de la península de Malaca estaba formada aproximadamente por un 50% de malayos, un 37% de chinos y un 12% de indios. Las divisiones entre estos grupos eran profundas, especialmente en lo religioso y lingüístico. Cuando se acercaba la independencia de los estados peninsulares, los malayos estaban preocupados por el poder político que pudieran obtener los inmigrantes. En 1946, a pesar de la violenta oposición malaya, los británicos impusieron un esquema conocido como la Unión Malaya, concebida por parte británica como un movimiento hacia el autogobierno, pero muchos malayos temían que fuera un paso previo para poner punto final al protectorado y establecer en su lugar una colonia de pleno derecho. La oposición al conceder la ciudadanía y el derecho al voto a los inmigrantes era muy alta, pues se reducía el poder de los mandatarios malayos. La oposición a la Unión llevó en 1946 a la formación de la Organización Nacional de Malayos Unidos (UMNO). Los mandatarios locales boicotearon el nuevo sistema y los británicos se vieron forzados a iniciar conversaciones, sobre todo con los mandatarios malayos y la UMNO que llevó al establecimiento de la Federación Malaya en 1948.
Los planes para la Unión Malaya (y la posterior Federación Malaya) no comprendían a Borneo del Norte y Sarawak. En cambio, las autoridades británicas propusieron una Federación de Borneo de ambos territorios (que se habían convertido en colonias británicas en 1946) con el sultanato de Brunei, un protectorado británico. El esquema fracasó a causa de las objeciones de Brunei. La coalición de la Alianza, la agrupación política dominante que emergió en la década de 1950, era multiétnica en sus cargos dirigentes, pero aseguraba la representación separada de los grupos étnicos a través de los tres partidos que la formaban: UMNO, la Asociación Chino Malaya y el Congreso Malayo Indio. Obtuvo una aplastante victoria en las elecciones que prepararían el camino a la independencia, en 1955. Con la asesoría británica, la Alianza desarrolló la Constitución después de la independencia, que dio lugar a un Estado federado, un parlamento con dos cámaras (una elegida y la otra nombrada), ciudadanía para casi todos los no malayos y la protección para los malayos, a los que se consideraba menos desarrollados en el terreno económico y a quienes se dio preferencia para los puestos de funcionarios públicos, becas y para la obtención de licencias comerciales.
Durante la creación de la independencia malaya, el gobierno colonial luchó contra una rebelión encabezada por los comunistas, que finalmente fue contenida después de cobrarse 11.000 vidas. El Partido Comunista Malayo (PCM) había desempeñado un importante papel en la resistencia ante los japoneses durante la II Guerra Mundial de la Unión Malaya. Opuesto a su creación, el establecimiento de la Federación Malaya en 1948 les llevó a embarcarse en una campaña armada con sabotajes de carácter económico. El PCM había buscado entre otras cosas la independencia inmediata y el fin del poder tradicional de los mandatarios malayos. La Federación inició un grado de autogobierno, pero no la independencia y reinstauró la mayoría de los acuerdos de preguerra, como el papel que deberían desempeñar los sultanes. Los ataques del PCM a las minas de estaño y las plantaciones de caucho llevaron a los británicos a declarar el estado de emergencia en junio de 1948 (véase Emergencia malaya). Se ilegalizó el PCM y las tropas británicas y locales se complementaron con contingentes de las colonias africanas británicas, de Australia y de Nueva Zelanda. Hacia 1954 el PCM accedió a negociar la paz, aunque las luchas continuaron esporádicamente durante otros seis años y no fue hasta 1989 cuando el partido accedió formalmente a abandonar las armas.
El 31 de agosto de 1957 se estableció la Federación Malaya, siendo el primer ministro Tunku Abdul Rahman, dirigente de la UMNO, el miembro dominante de la Alianza. En 1961 propuso una federación panmalaya que comprendiera Malaya, Singapur, Sarawak, Borneo del Norte (después denominada Sabah) y Brunei. Sin embargo, aunque el entusiasmo por el proyecto se vio limitado en gran manera a Malaya, todos a excepción de Brunei se unieron en una federación a la que el 16 de septiembre de 1963 se le dio el nuevo nombre de Malaysia. Las disputas económicas y políticas hicieron salir a Singapur de la federación en 1965. Indonesia, bajo la jefatura del presidente Sukarno, se oponía con fuerza a la participación de Sarawak y Sabah y hasta 1966 encabezó una campaña de hostigamiento e incursiones militares.
Los políticos malayos a veces se han visto acosados por enfrentamientos étnicos que en la década de 1960 se basaban en cuestiones lingüísticas y en las oportunidades educativas. En las elecciones generales de 1969, la Alianza se encontró con la oposición tanto de los partidos malayos como de los no malayos. Inmediatamente después surgieron serios altercados en Kuala Lumpur y murieron al menos 200 personas. Se recurrió a los poderes de emergencia, se impusieron restricciones sobre cuestiones étnicas y el parlamento no se volvió a reunir hasta 1971. Tun Abdul Razak, el nuevo primer ministro, anunció la Nueva Política Económica (NPE), que buscaba aliviar la pobreza en general, y en concreto, mejorar la posición de los malayos al aumentar su participación en la riqueza del país y el porcentaje de empleo y la propiedad en sectores donde predominaban los no malayos.
También amplió la coalición gobernante de la Alianza (que ya se había extendido para integrar algunos partidos en Sarawak y Sabah), al Frente Nacional. El Frente venció en las decisivas elecciones de 1974 y también, bajo el primer ministro Datuk Hussein Onn, las de 1978. Sin embargo, la escena política todavía estaba dominada por las diferencias étnicas y al Frente Nacional se le oponían dos grandes partidos: el partido Islámico Panmalayo, que abandonó el Frente Nacional en 1977 y que daba cada vez más importancia a las cuestiones religiosas, y el partido de Acción Democrática. Cuando en 1981 se retiró Hussein Onn, le sucedió Mahatir bin Mohamed. Un conflicto constitucional en 1983 entre el gobierno de Mahatir y los sultanes hereditarios llevó a un compromiso que restringía el poder del Yang di-Pertuan Agong y el Consejo de Gobernantes para vetar las leyes. En 1987 el gobierno de Mahatir respondió a la amenaza de crear tensiones entre malayos y chinos, al arrestar a los dirigentes de la oposición y suspender cuatro periódicos. Las elecciones de 1990 mantuvieron al Frente Nacional en el poder al obtener una mayoría parlamentaria suficiente. En 1993 Mahatir se vio envuelto en otro altercado con los mandatarios hereditarios que finalmente llevó a la supresión de la inmunidad en los juicios de éstos. A finales de la década de 1980 y comienzos de 1990 aparecieron serias desavenencias entre el gobierno federal, y Sabah y Sarawak, que se manifestaron en el triunfo de los partidos de la oposición para gobernar estos estados. Había fuertes resentimientos, sobre todo entre los grupos étnicos como los dayaks, que protestaban por el retraso económico de los dos estados en comparación con el desarrollo de Malaysia y su industrialización en las décadas de 1970 y 1980, a pesar de que había sido su petróleo, gas natural y su madera los que habían proporcionado una gran parte de los ingresos por exportaciones para poder financiar esa transformación. En Sarawak, los grupos dyak se opusieron a la rápida expansión de la obtención de madera. También se temía que la mayoría malayo-musulmana de la península quisiera extender las leyes y práctica islámicas a los dos estados, a costa de las religiones y costumbres tradicionales vigentes en sus territorios; los temores eran más fuertes en Sabah, donde el grupo étnico mayoritario, los kadayan, es cristiano. En 1985 Sabah se convirtió en el primer estado en elegir a un partido que no pertenecía al Frente Nacional para el gobierno estatal; en 1993 impuso controles de aduanas para los malayos que viajaran desde la península y al inicio de la década de 1990 parecía que estaba considerando el separarse de la Federación.
Aunque en 1995 el Frente Nacional volvió a obtener la victoria en las elecciones legislativas, la detención en septiembre de 1998 del ex viceprimer ministro Anuar Ibrahim agravó la crisis política de Malaysia, donde la población comenzó a cuestionar abiertamente el liderazgo del primer ministro Mahatir bin Mohamed. No obstante, los comicios legislativos celebrados el 29 de noviembre de 1999 dieron nuevamente el triunfo al Frente Nacional y permitieron la renovación del mandato gubernamental de Mohamed, al tiempo que el Partido Islámico Panmalayo consiguió elevar su número de escaños parlamentarios, convirtiéndose de esa forma en una significativa fuerza política, pese a contar con sólo 27 diputados.
En junio de 2002, de forma repentina, Mahatir bin Mohamed hizo pública su renuncia como líder de la UMNO. Posteriormente, el 31 de octubre de 2003, dimitió como primer ministro; fue sustituido por el ministro del Interior y nuevo líder de la UMNO, Datuk Abdullah Ahmad Badawi, el cual no tardó en demostrar su carisma. Así, en las elecciones legislativas celebradas el 21 de marzo de 2004, el Frente Nacional consiguió 198 de los 219 escaños de la Cámara de Representantes.
Malaysia fue uno de los países afectados por el tsunami que, el 26 de diciembre de 2004, como consecuencia de un terremoto submarino originado en las proximidades de la costa noroccidental de la isla indonesia de Sumatra, sembró la muerte y la destrucción en más de una decena de estados bañados por el océano Índico. Pocas semanas después de la catástrofe, los balances oficiales de víctimas confirmaron que más de 70 personas habían perdido la vida en Malaysia.