El Salvador (república) (nombre oficial, República de El Salvador), república localizada en Centroamérica, limita al norte y este con Honduras, al sur con el océano Pacífico, y al oeste y noroeste con Guatemala. El golfo de Fonseca, en el extremo sureste, lo separa de Nicaragua. El Salvador es el país más pequeño de la zona continental de América Central. Su superficie es de 21.041 km². San Salvador es la capital y la ciudad más grande del país.
Es el único país de la región centroamericana sin costas bañadas por el mar Caribe.
El Salvador se localiza en la zona intertropical y su clima es tropical con dos estaciones, con peculiaridades de clima templado en algunas zonas de la meseta. La estación seca (promedio de 157 días), tiene lugar de noviembre a abril; la estación lluviosa es más corta que la anterior (149 días) y abarca de mayo a octubre; en esta estación se descargan aguaceros de gran intensidad. El promedio anual de precipitaciones es de unos 1.830 mm. La temperatura anual en San Salvador alcanza los 26 ºC de media.
Las montañas de El Salvador están cubiertas por pastizales y por bosques poco densos de encinas y coníferas. La vegetación natural del resto del país está formada por plantas caducifolias y pastizales subtropicales. En la franja costera quedan restos de la antigua selva tropical, con numerosos mangles. Los árboles tropicales, como mango, naranjo o banano, y las plantas medicinales son abundantes.
La fauna es menos variada y rica que la de otros países centroamericanos debido a la alta densidad de población. Abundan el mono, el coyote, el jaguar, el puma, el león breñero, la zarigüeya (conocida como tacuasín), la guatusa, el perezoso y el ocelote. Entre los reptiles destacan el cocodrilo, la iguana y diversas especies de serpientes. Entre las aves, hay que mencionar: quetzal, colibrí, jilguero, águila solitaria, codorniz, búho y zopilote rey.
El Salvador cuenta con parques nacionales que presentan una flora y fauna de gran variedad; el Parque nacional Montecristo y Parque nacional El Imposible son los que cuentan con mayor riqueza, aunque también hay que destacar el de Cerro Verde, y el de Nancuchiname, y otros espacios naturales como la Laguna El Jocotal o el Complejo Los Volcanes. Las áreas protegidas suman más de 125 espacios naturales. Por su posición geográfica, su historia geológica y su topografía, El Salvador, a pesar de su limitado territorio, cuenta con una considerable riqueza de ecosistemas asociados a los bosques salados, bosques pantanosos, morrales, bosques secos, bosques caducifolios, robledales, encinares, pinares, pino/ roble, bosques nebulosos y vegetación de playa.
El Salvador tiene una población (2008) de 7.066.403 habitantes y una densidad demográfica de 341 hab/km², la más alta de Centroamérica.
El español es el idioma oficial. Algunos indígenas, principalmente pipiles, hablan el náhuatl-pipil (véase Lenguas aborígenes de Hispanoamérica). La religión principal es el catolicismo, que practica un 75% de la población; otras religiones son el protestantismo y el movimiento mormón.
El producto interior bruto (PIB) sumó 18.654 millones de dólares en 2006, con una renta per cápita de 2.758,50 dólares (según cálculos del Banco Mundial). La economía del país está basada en la agricultura, fundamentalmente en la producción de café, algodón y caña de azúcar, aunque cada vez son más importantes los servicios y manufacturas (maquilas). El sector textil también es de gran importancia: agrupaba al 49% de la población ocupada en 2002. La fabricación de sustancias y productos químicos derivados del petróleo, carbón, caucho y plástico supone el 28% de la producción de la industria manufacturera.
La infraestructura económica (los caminos, la energía eléctrica y la banca comercial) está en vías de desarrollo. Desde mediados de la década de 1960, el país ha experimentado un desarrollo relativamente rápido en la industria ligera.
Cerca de una tercera parte del territorio es cultivable, lo que suponía, en 2005, 910.000 hectáreas. El café, el algodón y la caña de azúcar son sus principales productos agrícolas. El café, que se exporta a Estados Unidos y a Europa occidental, es de excelente calidad y se cultiva en las laderas volcánicas. Su producción fue de 85.350 t en 2006. Los cultivos de caña de azúcar (5,28 millones de toneladas) y algodón se localizan en las tierras bajas. Maíz (741.710 t), arroz (30.466 t), frijoles y frutas tropicales son los principales cultivos para el consumo interno. Entre los cultivos de frutales destacan el plátano (banano), mango, piña, manzana, aguacate, coco y papaya. La producción se localiza en la meseta central.
Debido a la elevada densidad de población, los recursos forestales de El Salvador se han reducido a un pequeño porcentaje de la superficie del país y ofrecen poca producción; la mayor parte de la madera para la construcción tiene que ser importada. No obstante, los árboles de bálsamo son abundantes y El Salvador es uno de los principales proveedores de la medicinal goma de bálsamo, que se recoge en la franja costera.
El camarón es la base de la pesca comercial. También se capturan pequeñas cantidades de atún, caballa y pez espada. El volumen total de capturas fue de 43.317 toneladas en 2005.
Las unidades monetarias son el colón salvadoreño, dividido en 100 centavos (8,80 colones equivalían a 1 dólar estadounidense en 2006; es un tipo de cambio fijo e inalterable desde enero de 2001) y el dólar de los Estados Unidos. El 2 de enero de 2001 comenzó la aplicación de la Ley de Integración Monetaria, que implicaba el proceso de dolarización de todas las transacciones económicas, bancarias y comerciales en un plazo de seis meses, transcurrido el cual el dólar estadounidense sustituiría al colón. El Banco Central de Reserva de El Salvador es el banco emisor de moneda. El Salvador es miembro del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos.
Los mayas habitaban la parte occidental del actual territorio de El Salvador hacia el siglo III antes de la era cristiana. Posteriormente se desplazaron hacia la península de Yucatán. En el siglo XII d.C. comenzaron las invasiones de pueblos nahuas, el último de los cuales fue el de los pipiles, quienes formarían el señorío de Cuzcatlán.
Cuzcatlán, principal metrópoli de los pipiles, era desde la antigüedad “ciudad célebre por sus riquezas y el poderío de sus príncipes”. Urbe dinámica, próspera y floreciente, según refiere fray Juan de Torquemada y ratifican otros cronistas, fue fundada en 1054 por el último de los soberanos de Tula del Anáhuac: el rey Topilzín. De esta hermosa ciudad y sus riquezas hablaron al adelantado Pedro de Alvarado, lugarteniente de Hernán Cortés, indicándole que allí encontraría abundante oro. En la primera carta de Alvarado a Cortés, fechada en Utatlán (ciudad maya de Guatemala) el 11 de abril de 1524, el adelantado dice: “Según estoy informado tengo mucho que hacer adelante y a esta causa me daré prisa por invernar cincuenta o cien leguas adelante de Guatemala”. El 28 de julio de 1524, Alvarado informa a Cortés de su partida hacia Cuzcatlán.
El 26 de enero de 1522 partió de Tararequi la expedición del capitán Gil González de Ávila y del piloto mayor Andrés Niño, la cual llegó sin novedades a la bahía de Calderas, en el golfo de Nicoya (actual Costa Rica). Aquí desembarcó el capitán y el grueso de su ejército, mientras Niño siguió navegando hacia el poniente en busca de un estrecho o canal que conectara los océanos Pacífico y Atlántico. En este viaje, Niño descubrió un hermoso golfo al que llamó ‘de Fonseca’ en honor a fray Juan Rodríguez de Fonseca, y una isla “redonda e poblada” a la que llamó Petronila (hoy Meanguera); a continuación descubrió la bahía de Xiriultique (hoy Jiquilisco), la desembocadura del río Lempa, la rada de Mizata, la punta Remedios y otras. Andrés Niño fue el descubridor de El Salvador y la isla de Meanguera, primera tierra salvadoreña pisada por los españoles.
El 6 de junio de 1524 la expedición al mando de Pedro de Alvarado cruzó el río Paz y entró en territorio salvadoreño con un ejército de 250 españoles y de unos 6.000 indígenas que le apoyaban, ocupando sin resistencia al pueblo mochizalco. Un día después llegó a Acatepeque, población que previamente había sido abandonada ante la noticia de la llegada de los conquistadores. El 8 de junio, en las proximidades de Acaxuth (actual Acajutla), se libró una de las más cruentas batallas de la conquista de El Salvador: el ejército pipil fue completamente aniquilado. El 18 de junio Alvarado entró en la capital de los pipiles, pero sus habitantes se habían replegado a los cerros y bosques, y se negaron a hacerles frente. Alvarado fracasó en su intento de someter a Cuzcatlán y regresó a Guatemala. La verdadera conquista de Cuzcatlán ocurriría después, con el establecimiento en 1525 de la primera villa de San Salvador, aunque la pacificación del territorio no se conseguiría hasta 1539.
El Salvador formó parte de la Capitanía General de Guatemala (en el virreinato de Nueva España) hasta su sublevación contra España en 1821.
El 15 de septiembre de 1821, durante la reunión de notables celebrada en el palacio del capitán general en Guatemala, se llevó a cabo el acto de independencia. Firmaron el histórico documento el político hondureño José Cecilio del Valle y el representante del rey de España en Centroamérica, Gabino Gaínza. La firma del acta de independencia fue la culminación de un largo proceso en el que intervinieron, entre otros factores, las reformas borbónicas y la crisis económica y política de la Corona española.
Mientras las autoridades en Guatemala veían con alarma la desintegración del poder central, recibieron la invitación de Agustín de Iturbide de incorporarse al Imperio mexicano. El 5 de enero de 1822 se declaró la anexión a México, pero los ayuntamientos de San Salvador y San Vicente se declararon en rebeldía. El emperador mexicano Iturbide envió tropas a San Salvador al mando del general Vicente Filisola; sin embargo, su entrada en la ciudad favoreció a los salvadoreños, quienes, días después, recibieron la noticia del destronamiento de Iturbide en el mes de febrero de 1823, y Filisola se vio obligado a regresar.
A finales de 1824 surgió un nuevo orden político con la proclamación de la Constitución federal de la nueva federación de las Provincias Unidas del Centro de América. La primera presidencia fue ocupada en 1825 por el salvadoreño Manuel José Arce. Las primeras relaciones que se establecieron a nivel diplomático fueron con Gran Bretaña, Estados Unidos y Países Bajos, que enviaron a sus representantes diplomáticos a la nueva república federal. En 1830 resultó elegido el hondureño Francisco Morazán, quien después de 10 años de mandato —en el que sucedieron numerosos conflictos internos— abandonó San Salvador, entonces capital de la federación. De esta forma concluyó la república federal.
El Salvador ganó su independencia en enero de 1841, después de que las diversas provincias federadas se hubieran emancipado (véase Emancipación de América Latina) y en 1858 accedió al poder Gerardo Barrios, quien emitió un decreto en el cual proclamó la República de El Salvador.
La primera década del siglo XX fue un periodo de estabilidad y la economía logró considerables progresos. La producción y exportación del café se convirtió en la actividad principal; se construyó la red ferroviaria y se desarrollaron grandes instalaciones portuarias en la bahía de La Unión.
De 1931 a 1944 el país estuvo bajo el gobierno del general Maximiliano Hernández Martínez. A pesar de que a finales de la década de 1930 su régimen mantenía buenas relaciones comerciales y de adiestramiento militar con Alemania e Italia, El Salvador colaboró con Estados Unidos y sus aliados durante la II Guerra Mundial y se convirtió en miembro fundador de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1945. El país se unió a la Organización de Estados Americanos (OEA) en 1948 y tres años después, en 1951, firmó la carta de constitución de la Organización de Estados Centroamericanos; en 1958 El Salvador se integró en el Mercado Común Centroamericano.
A comienzos de la década de 1940 los aires de renovación política provocaron un efecto negativo a nivel económico y social. El afán de los gobiernos de impulsar ciertos cambios en el país pudo concretarse durante la década de 1950, que fue de excepcional bonanza económica. En cuestión de pocos años el aspecto físico de El Salvador cambió de manera significativa al construirse nuevas carreteras, puentes, represas hidroeléctricas, fábricas y viviendas. Los programas de salud y educación pudieron ampliarse, al igual que la Seguridad Social. En enero de 1961 se llevó a cabo la primera de las numerosas reformas económicas que se intentaron aplicar durante las dos siguientes décadas.
A lo largo de la década de 1960 la superpoblación del país obligó a miles de salvadoreños a emigrar de forma ilegal al país vecino, Honduras. Sin embargo, en 1969 el gobierno hondureño llevó a cabo una reforma agraria por la cual numerosos salvadoreños se vieron privados de sus tierras de cultivo y fueron expulsados a su país (al parecer, más de 40.000 familias). Todo ello provocó el estallido de un breve conflicto armado entre Honduras y El Salvador conocido como guerra del Fútbol —debido a que ocurrió días después de la finalización de la eliminatoria para la participación en el Mundial de Fútbol que se celebraría en México—, con el ataque de la fuerza aérea salvadoreña a la base militar del aeropuerto de Toncontin, en Tegucigalpa (Honduras). Gracias a la intervención de la OEA se consiguió un alto el fuego y años después, en 1980, ambos gobiernos firmaron la paz en la ciudad de Lima (Perú), comprometiéndose a cumplir con las resoluciones de la OEA.
En 1972, la elección como presidente de la República del coronel Arturo Armando Molina fue rechazada, aduciendo fraude electoral, por su oponente civil, José Napoleón Duarte, quien inmediatamente se exilió del país. Las mismas acusaciones se realizaron en 1977 tras la elección como presidente del general Carlos Humberto Romero; por entonces, la situación se había deteriorado y los asesinatos entre los simpatizantes, tanto de las fuerzas de izquierda como de derecha, se hicieron habituales.
Posteriormente el país entró en un caos total. En 1979 una Junta Cívico-Militar derrocó al presidente Romero. La Junta llevó a cabo una reforma agraria, nacionalizó la banca y el comercio exterior, pero no logró unificar al país ni vencer a la guerrilla, y la violencia continuó. Los asesinatos fueron numerosos; el más notorio fue el del arzobispo de la ciudad de San Salvador, Óscar Arnulfo Romero, en marzo de 1980. En diciembre de ese mismo año, Duarte regresó del exilio para unirse a la Junta, asumiendo la presidencia de la misma. Estados Unidos ofreció ayuda financiera y entrenamiento militar para el Ejército en su batalla contra la guerrilla, que estaba apoyada por los países comunistas, en especial Cuba.
En 1982, el presidente de la Junta Cívico-Militar, José Napoleón Duarte, convocó elecciones constituyentes, pero su partido, el Demócrata Cristiano, no alcanzó la mayoría, siendo la coalición de derecha la fracción mayoritaria. La Asamblea Constituyente redactó una nueva Constitución y eligió por unanimidad y de forma interina a un presidente civil, el abogado independiente Álvaro Alfredo Magaña, quien convocó elecciones presidenciales en marzo de 1984. Duarte resultó triunfador y fue restablecido en el cargo; en marzo de 1985 su grupo político, el Partido Demócrata Cristiano, ganó la mayoría en la nueva Asamblea Legislativa, y ARENA (Alianza Republicana Nacionalista) ocupó el segundo lugar.
En octubre de 1986 un terremoto causó severos daños en el centro histórico y parte de la periferia de la ciudad de San Salvador, registrándose más de mil muertos. Las conversaciones de paz con la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) comenzaron en 1987 (véase Acuerdo de Esquipulas), pero el FMLN no lo aceptó debido a las discrepancias con el gobierno de José Napoleón Duarte. En las elecciones de 1988, la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) alcanzó la mayoría en la Asamblea Nacional. En 1989, el candidato de ARENA, Alfredo Cristiani, obtuvo la presidencia por mayoría absoluta de votos. Ya en el poder, se sostuvieron largas negociaciones entre el gobierno y los guerrilleros del FMLN mientras el conflicto continuaba. A finales de 1989 las negociaciones se interrumpieron debido a la ofensiva militar lanzada por la guerrilla. En 1990 se restablecieron y, finalmente, en septiembre de 1991, con la mediación de la ONU, el presidente Cristiani y los dirigentes de la guerrilla alcanzaron un acuerdo de paz.
La firma del Acuerdo de Chapultepec en enero de 1992 terminó con la prolongada guerra civil, en la cual se estima que murieron 75.000 personas, en su mayoría civiles. Ello trajo consigo, bajo la supervisión de la ONU, el cese formal del fuego, el desarme de la guerrilla, el establecimiento de una comisión para investigar las violaciones contra los derechos humanos, la disolución de los cuerpos de seguridad pública y batallones de reacción inmediata, además de la creación de la nueva Policía Nacional Civil, integrada por civiles, ex miembros de las fuerzas de seguridad y ex combatientes de la guerrilla.
En 1993 una polémica comisión auspiciada por la ONU hizo público un informe culpando a los escuadrones de la muerte, a algunos militares y dirigentes de la guerrilla de violaciones contra los derechos humanos y numerosas muertes de civiles, recomendando la destitución de varios altos cargos del Ejército, así como la inhabilitación temporal a miembros de la guerrilla para presentarse a cargos de elección popular. Posteriormente, y con el espíritu de crear un ambiente de reconciliación nacional, la Asamblea Nacional Legislativa aprobó por unanimidad la amnistía general para miembros de ambos bandos. Las elecciones de marzo de 1994, que contaron, al igual que las anteriores elecciones, con la presencia de observadores internacionales (de la ONU, OEA, Unión Europea y países amigos), fueron ganadas por el candidato de ARENA, Armando Calderón, quien asumió la presidencia de la República para el periodo comprendido entre el 1 de junio de 1994 y el 1 de junio de 1999.
A finales de octubre y comienzos de noviembre de 1998 se produjo el paso del huracán Mitch por territorio salvadoreño, provocando al menos 240 muertos, 145 desaparecidos y más de 84.300 damnificados. Los daños económicos se cifraron en varios miles de millones de dólares debido a las pérdidas en las cosechas, principalmente del café. Las comarcas rurales de los departamentos de Usulután, San Miguel, La Unión y Morazán fueron las zonas donde el huracán golpeó con mayor dureza.
En marzo de 1999 se celebraron elecciones presidenciales, en las que los dos principales candidatos, de los cinco que se presentaron, fueron Francisco Flores, economista y candidato de ARENA, y Facundo Guardado, ex comandante guerrillero respaldado por el FMLN y por la Unión Social Cristiana (USC). Ambos grupos, otrora situados en los extremos del espectro político salvadoreño, moderaron sus discursos y procuraron dar, con la presentación de tales candidatos, una imagen de moderación y renovación. El candidato derechista resultó vencedor en la primera vuelta (obtuvo el 52% frente al 29% de la opción de centroizquierda), en unos comicios caracterizados por la elevada abstención, que superó el 60% del total de los ciudadanos con derecho a voto. Flores prometió realizar un cambio en la política económica de su gobierno, con políticas sectoriales de desarrollo y libre competencia, así como la apertura total a la banca extranjera en El Salvador. El 12 de marzo de 2000 tuvieron lugar elecciones parlamentarias y municipales. Con una participación del 38% de los ciudadanos, el FMLN logró el 39,2% de los votos emitidos, frente al 36,9 de ARENA (31 y 29 diputados, respectivamente). Asimismo, el FMLN obtuvo la alcaldía de 8 de las 14 capitales departamentales.
En enero y febrero de 2001 se produjeron dos trágicos terremotos que causaron un elevado número de muertos, heridos y damnificados, y asolaron buena parte de las infraestructuras del país, lo que obligó al gobierno de Flores a abordar las necesarias actividades de reconstrucción.
En las elecciones legislativas desarrolladas el 16 de marzo de 2003, el FMLN fue de nuevo la formación más votada y consiguió 31 diputados. No obstante, los grupos conservadores siguieron dominando la Asamblea Legislativa, gracias a los 27 escaños de ARENA y los 16 logrados por el Partido de Conciliación Nacional (PCN). En las presidenciales celebradas el 21 de marzo de 2004, el candidato de ARENA, Elías Antonio Saca González, recibió algo más del 57% de los sufragios, en tanto que Schafik Handal, candidato del FMLN, recibió en torno al 35%. Así, el 1 de junio siguiente, Saca sucedió a Flores en la jefatura del Estado.
Antes de que finalizara aquel año 2004, El Salvador se convirtió en el primer Estado que ratificó el Tratado de Libre Comercio de América Central (TLC, o CAFTA, sus siglas en inglés), que incluía a los países del área, a Estados Unidos y a la República Dominicana. El día 18 de diciembre, la Asamblea Legislativa salvadoreña aprobó su ratificación por mayoría absoluta y con 49 votos favorables (provenientes del partido del presidente, ARENA, del Partido Demócrata Cristiano y del conservador Partido de Conciliación Nacional), frente a los 34 en contra salidos de las filas del FMLN y del socialdemócrata Centro Democrático Unido.
En octubre de 2005, El Salvador fue, junto a Guatemala, uno de los países más afectados por el trágico rastro de muerte y destrucción que el huracán Stan dejó a su paso por Centroamérica. En las elecciones legislativas de marzo del año siguiente, ARENA, que obtuvo 34 diputados, fue la formación más votada; a continuación, quedaron el FMLN (32), el PCN (10), el Partido Demócrata Cristiano (6) y Cambio Democrático (2).