Lisboa (ciudad) (antigua Olisipo), principal ciudad de Portugal, capital
del país y de la región de Lisboa y Valle del Tajo; es también capital
del distrito de Lisboa. Está situada en el oeste de Portugal, a orillas
del río Tajo (cruzado por el puente 25 de Abril, de unos 2 km de
longitud, y el puente Vasco da Gama, la mayor obra de ingeniería civil
del Portugal moderno, con casi 18 km de longitud), en donde el río se
ensancha antes de desembocar en el océano Atlántico formando el mar da
Palha (mar de la Paja).
La ciudad se levanta sobre las laderas de una alineación de colinas que
domina la bahía. En su sector más antiguo, las calles son estrechas y
sinuosas, pero su parte nueva tiene rectas y anchas avenidas flanqueadas
de árboles, bellas plazas y extensos parques públicos.
En la
periferia se encuentran zonas residenciales que han tenido un importante
desarrollo, destacando el distrito de Benfica. Lisboa es sede
arzobispal, y tiene numerosas iglesias antiguas, conventos y
monasterios; destacan la Sé, una catedral románico-gótica construida en
el siglo XII, parcialmente en ruinas debido a los terremotos y el
castillo de San Jorge, de época visigoda (siglo V). Edificios
representativos de la ciudad que por su importancia histórica y cultural
fueron declarados Patrimonio cultural de la Humanidad, en 1983, son el
monasterio de los Jerónimos, situado en el distrito de Belém y
construido en el siglo XVI para celebrar el descubrimiento de una ruta
marítima hacia la India por el navegante Vasco da Gama; en el que se
encuentran las tumbas de Vasco da Gama y del poeta portugués Luís Vaz de
Camões; y la Torre de Belém. Entre sus notables instituciones
culturales y educativas, se cuentan varias bibliotecas, museos (entre
los que destaca el Museo Nacional de Arte Antiguo de Lisboa), facultades
y universidades, siendo la más antigua la Universidad de Lisboa (1288) y
el Centro Cultural de Belém.
Según la tradición portuguesa, Ulises
fundó la ciudad y le dio su nombre original, Olisipo o Ulissipo. Los
fenicios ocuparon la zona hacia el 1200 a.C.; posteriormente fue ocupada
por Roma en el siglo II a.C. (denominándola Felicitas Julia) y por los
visigodos en el siglo V. Los musulmanes la retuvieron desde el año 716
d.C. hasta su reconquista por los portugueses en el 1147.
Hacia el
año 1260, Lisboa se convirtió en la capital del reino de Portugal y en
una de las ciudades más ricas de Europa durante el reinado de Dionisio
el Liberal (1279-1325), aunque una epidemia de peste negra en 1348
diezmó su población. Durante el siglo XV pasó a ser una de las ciudades
europeas más dinámicas desde un punto de vista económico y sede de un
imperio colonial con establecimientos comerciales distribuidos por todo
el mundo. Este florecimiento continuó durante el siglo XVI, aprovechando
su unión con la Monarquía Hispánica (1580-1640), de tal modo que así
pudo aumentar su desarrollo comercial dada la expansión del Imperio
español en América.
En 1755 un terremoto, seguido de un maremoto y
de un incendio, destruyó gran parte de la ciudad. A raíz de ello, el
entonces ministro principal del rey José I el Reformador, Sebastião José
de Carvalho e Melo (a quien en 1770 el monarca concedió el título de
marqués de Pombal), reconstruyó con estilo neoclásico casi toda la
ciudad, lo que le ha proporcionado una belleza y uniformidad
características.
Portugal se mantuvo neutral durante la II Guerra
Mundial, y Lisboa se convirtió en lugar de asilo y puerto de embarque
para los refugiados de toda Europa. El incendio de 1988, considerado
como el mayor desastre de la historia de la ciudad desde 1755, destruyó
gran parte del distrito comercial del Chiado, construido por Pombal en
el siglo XVIII y reconstruido por Álvaro Siza Vieira. Durante 1998 se
celebró en Lisboa la Exposición Universal (Expo ‘98), dedicada en esta
ocasión a los océanos. Población de Lisboa (2001), 556.797 habitantes; y
de la Grande Lisboa (2003), 1,96 millones de habitantes.