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martes, 10 de agosto de 2010

Ucrania

Ucrania (nombre oficial, Ukrajina), república localizada en el este de Europa, limita al norte con Bielorrusia y Rusia, al este con Rusia, al sur con el mar Negro y el mar de Azov, al suroeste con Rumania y Moldavia, y al oeste con Hungría, Eslovaquia y Polonia. Fue la anterior República Socialista Soviética de Ucrania, integrante de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Es un miembro asociado de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), que en diciembre de 1991 reemplazó a la URSS, aunque no ha ratificado el acuerdo sobre pagos y aduanas, eligiendo la condición de observador en la Asamblea Internacional de la CEI.

Con una superficie total de 603.700 km², Ucrania es el segundo país más extenso de Europa después de Rusia. En su territorio queda englobada la península de Crimea, que en 1991 pasó de ser un oblast (división administrativa similar a la provincia) a ser una república constituyente. Kíev es la capital y la principal ciudad.
La mayor parte de la superficie de Ucrania es una vasta llanura, con una altitud por lo general inferior a 300 metros. Los Cárpatos se prolongan por el extremo oeste de su territorio, en tanto que los montes de Crimea ocupan la zona meridional de la península homónima. El pico más elevado de Ucrania es el monte Goverla (2.061 m), en los Cárpatos. Los ríos más importantes fluyen principalmente en dirección sur hacia el mar Negro y son: el Dniéper en Ucrania central, el Bug Meridional y el Dniéster en el oeste, el Donets en el este y el Danubio en el extremo sur. Sin embargo, el Bug Occidental discurre hacia el norte a través de la parte occidental del país y se une al Vístula, que desemboca en el mar Báltico. Ucrania tiene suelos negros (chernozem) extremadamente fértiles en el centro y sur del país, que ocupan casi dos tercios del territorio.

El clima de Ucrania es continental templado, mientras que es mediterráneo subtropical en el sur de la península de Crimea; el promedio de las temperaturas mensuales en invierno varían desde –8 °C hasta 2 °C, y en verano lo hacen entre 17 °C y 25 °C. La costa del mar Negro está sometida a heladas y ningún puerto ucraniano está permanentemente libre de hielo. Las precipitaciones, por lo general, disminuyen hacia el sur: en los Cárpatos superan los 1.500 mm al año, mientras que en las tierras bajas del mar Negro, no alcanzan los 300 mm al año.

La vegetación original del área formó tres amplias franjas que atraviesan el territorio de Ucrania latitudinalmente. Una vegetación de bosque mixto ocupa el tercio norte del país, el bosque y la estepa el centro de Ucrania, y en el tercio sur del país predomina la estepa. En la actualidad, sin embargo, los cultivos de cereales han aclarado y sustituido a la mayor parte de la vegetación autóctona. Mucha de la fauna original también ha desaparecido, pero quedan todavía muchas especies animales; entre los mamíferos destacan el ciervo, el castor y la marta, y entre las aves se encuentran el buitre negro de Eurasia, el águila esteparia y la garza gris.

Ucrania es el segundo país más poblado de la antigua URSS, sólo superado por Rusia. Los ucranianos (también conocidos como “pequeños rusos”) constituyen el 72% de la población; los rusos el 22%. Otras minorías son bielorrusos, moldavos, húngaros, búlgaros, polacos y tártaros de Crimea. En 1944, la mayor parte de los tártaros fueron deportados de forma masiva a varias repúblicas de Asia central, acusados por Stalin de colaboracionismo con los nazis.

La mayor parte de los cristianos practicantes en Ucrania son miembros de la Iglesia ortodoxa, aunque muchos ucranianos occidentales son católicos, al igual que las minorías húngara y polaca. También existe un pequeño porcentaje de protestantes, musulmanes y judíos.

La lengua oficial es la ucraniana, una de las tres lenguas eslavas del este, muy relacionada con el bielorruso y el ruso; este último está muy extendido. Hay focos de otras lenguas entre las minorías, especialmente el húngaro y el polaco.

La base de la economía de Ucrania está en la industria, sector que contribuye en un 34,6% al producto interior bruto (PIB) y engloba más de una cuarta parte de la población activa. Los vastos recursos mineros de la república son la base de la industria. Ucrania es el cuarto productor mundial de acero y tiene una amplia y diversa base industrial. Sin embargo, la política económica desde la caída del comunismo ha tenido graves consecuencias para la competitividad de Ucrania; en 1992, el país entró en un proceso de hiperinflación, que alcanzó un 1.445% en 1995. Después de un retraso considerable, a comienzos de la década de 1990 empezó en Ucrania el proceso de reforma económica; en enero de 1993, se liberalizaron los precios en alimentos, transporte y otros servicios, aunque los productos alimentarios permanecieron bajos en comparación a los precios de los países vecinos. El gobierno emitió certificados de privatización y desarrolló en la ciudad occidental de Lvov un modelo para la futura privatización. Se emitió una moneda de transición —el karbovanet— y se hicieron planes para emitir una moneda final, el hryvnia. Sin embargo, en la segunda mitad de 1993 se paralizó el proceso de reforma privatizadora a causa de la resistencia burocrática; como consecuencia, un 95% de todas las propiedades todavía permanecieron bajo control estatal y el gobierno intentó mantener el dominio directo sobre la economía al recurrir a las técnicas de planificación centralizada, como el control de precios. Con la finalidad de fomentar la cooperación económica con otras antiguas repúblicas soviéticas y mejorar las condiciones económicas, Ucrania se convirtió en 1993 en un socio de la Comunidad de Estados Independientes. El producto nacional bruto de Ucrania fue de 60.201 millones de dólares en 2004, lo que equivalía a 1.940 dólares per cápita. Como consecuencia de la crisis económica, el PIB de 1993 descendió el 16%, en 1994 el 25% y en 1995 el 10%. En 2006 fue de 106.469 millones de dólares. El presupuesto nacional para 1995 establecía unos ingresos de 16.200 millones de dólares y gastos de 18.500 millones.

La unidad monetaria de Ucrania fue entre noviembre de 1992 y septiembre de 1996 el karbovanet (moneda-cupón provisional, sustituta del rublo ruso; 116.979 karbovanets equivalían a 1 dólar estadounidense en 1995), aunque con posterioridad fue reemplazado por un nueva moneda: la grivna, lo que puso de relieve la recuperación económica del país (en 2006 5,10 grivnas equivalían a 1 dólar). El gobierno de Ucrania pretendió con esta medida restaurar la confianza en el valor de cambio de la moneda ucraniana, ya que, debido a las frecuentes fluctuaciones del karbovanet, la población solía tener sus ahorros en dólares. En 1991 se fundó el Banco Nacional, que es el banco emisor.

Ucrania es una república democrática independiente, como determinó en la declaración de independencia emitida, en agosto de 1991, el anterior Soviet Supremo de la República Socialista Soviética de Ucrania. En diciembre de 1991, la celebración de un referéndum ratificó su independencia respecto de la URSS y la proclamación de la República de Ucrania. El 28 de junio de 1996 fue promulgada una nueva Constitución, que sustituyó a la vigente desde 1978. El sistema político de Ucrania ha conservado diversos aspectos del soviético, y la evolución de las estructuras comunistas discurre paralela a la reforma económica.

La primitiva historia de Ucrania también constituye un capítulo importante de la historia de Rusia. En los siglos XI y XII, Kíev fue el centro del principado rus (término que identificaba a los eslavos orientales en la alta edad media y que daría lugar al término ‘ruso’). En el siglo XIII, los mongoles invadieron el área que sufrió grandes daños. En el siglo XIII fundaron el kanato de la Horda de Oro, que sometió a vasallaje a los residuos del antiguo principado de Kíev. El principado ucraniano occidental de Galitzia, fundado en el siglo XII, sufrió menos que el resto del territorio y en el siglo XIV Polonia lo anexionó. Al mismo tiempo, Lituania conquistó Kíev y el principado de Volinia; más tarde se unió con Polonia. A pesar de su expansión por el sur, Polonia no pudo sojuzgar a los cosacos ucranianos, quienes se aliaron con Rusia.
En 1667, las posesiones al este del Dniéper fueron cedidas a Rusia (el Gran Ducado de Moscú mucho antes anexionó algunas partes de Ucrania), mientras que el resto de Ucrania, excepto Galitzia (desde 1772 hasta 1919, parte del Imperio Austro-Húngaro), se incorporó al Imperio Ruso después de la segunda partición de Polonia en 1793. Durante la I Guerra Mundial, tras la Revolución Rusa de 1917, Ucrania proclamó su independencia.
Mientras tanto en Galitzia, en Bukovina y en la región de los Cárpatos bajo dominio austriaco, los ucranianos preservaron su identidad, lo que engendró un fuerte movimiento nacionalista. En 1918 establecieron su propia república en Galitzia Oriental, que pretendía unirse con la Ucrania independiente. Sin embargo, la Conferencia de Paz de París que puso fin a la I Guerra Mundial (1919) puso este territorio bajo protectorado polaco. Consecuentemente, el gobierno de la República de Ucrania, dirigido por Simon Petlyura, declaró la guerra a Polonia; mientras tanto, los bolcheviques formaron un gobierno afín en Ucrania que estableció una República Socialista Soviética. En 1920, el avance de los ejércitos bolcheviques rusos provocó que el gobierno de Petlyura y Polonia se convirtieran en aliados y apoyaran a los contrarrevolucionarios rusos; sin embargo, no pudieron evitar que los bolcheviques asumieran el control del país. En 1922, los delegados ucranianos comunistas apoyaron y se integraron en la formación de la URSS.
En el periodo entre 1922 y 1939, la URSS hizo drásticos esfuerzos para acabar con el nacionalismo ucraniano. El país sufrió mucho por la colectivización forzosa de la agricultura y la expropiación de los productos alimentarios del campo establecida por el dirigente soviético Iósiv Stalin; el resultado fue la hambruna de 1932 y 1933 que provocó la muerte de más de siete millones de personas. El último objetivo del nacionalismo ucraniano era la creación de una Gran Ucrania independiente, que abarcara la Ucrania rusa, la Galitzia polaca y la Rutenia checoslovaca.
Tras la toma soviética del este de Polonia en septiembre de 1939, la Galitzia polaca (que comprendía casi 62.160 km2) se incorporó a la República Socialista Soviética de Ucrania. Cuando en 1941 los alemanes invadieron Ucrania durante la II Guerra Mundial, los nacionalistas ucranianos esperaban que una república ucraniana independiente podría formarse bajo protección alemana. Sin embargo, los alemanes no sólo reorganizaron territorialmente Ucrania (Galitzia Oriental pasó a Polonia y Rumania ocupó Besarabia, el norte de Bukovina y los territorios entre los ríos Dniéster y Bug), sino que establecieron un gobierno propio. En 1944, los soviéticos volvieron a tomar Ucrania, que recuperó los territorios anexionados por Rumania y, al año siguiente, se anexionó la Rutenia checoslovaca; al finalizar la guerra, numerosos ucranianos de Galitzia Oriental y otras zonas del este de Europa llegaron al país, que, por primera vez, englobó en sus fronteras a la casi totalidad de los ucranianos. En 1945, la República Socialista Soviética de Ucrania se convirtió en país fundador de las Naciones Unidas. En 1954, se añadió la región de Crimea. La historia de Ucrania desde este punto hasta 1991, esencialmente, fue paralela a la de la Unión Soviética hasta su desaparición.
Al final de 1991, la URSS dejó de existir y Ucrania se autoproclamó república independiente. Al mismo tiempo, en diciembre de 1991, cuando un referéndum nacional ratificó la independencia, Leonid Makarovich Kravchuk, anterior secretario general del Partido Comunista, resultó elegido presidente. En diciembre de 1992, el nuevo primer ministro, Leonid Kuchma, comenzó la introducción de reformas económicas, que establecían la privatización de empresas estatales y un menor control de precios, pero coincidieron con el comienzo de una crisis económica caracterizada por una fuerte inflación.

Poco después de la independencia ucraniana, se formó en Crimea (que había formado parte de la Unión Soviética hasta 1954 y que estaba poblada mayoritariamente por rusos) un movimiento bajo dirección rusa para separarse de Ucrania que tuvo éxito, a pesar de su proclamación como una república autónoma. Crimea promulgó una declaración de independencia en mayo de 1992, al mismo tiempo que la Duma rusa declaró nula y sin valor la transferencia de Crimea de 1954. Igualmente, tras la independencia, Ucrania y Rusia reclamaron a la vez la posesión de la Flota del Mar Negro, con base en el puerto de Sebastopol. En 1992, se alcanzó un acuerdo para compartir el mando conjunto de la Flota hasta 1995, cuando se dividiría entre los dos países, pero esto no evitó que las tensiones continuaran. Mientras tanto, un segundo frente conflictivo se había desarrollado en el este de Ucrania, donde los mineros del carbón y otros trabajadores fueron a la huelga en junio de 1993 para protestar por la situación económica. A finales de mayo de 1997, no obstante, los primeros ministros de Rusia y Ucrania alcanzaron un acuerdo para poner fin al conflicto. De acuerdo con los términos del tratado, Rusia adquirió el 80% de la flota y se le garantizó durante un periodo de 20 años el uso, en régimen de arrendamiento, del puerto de Sebastopol. Los dos países mantendrían sus respectivas flotas de guerra en diferentes bahías del puerto para evitar conflictos. Poco después de haber alcanzado el acuerdo, ambos gobiernos firmaron un tratado de amistad y cooperación.
En septiembre de 1993, el primer ministro Kuchma dimitió ante el empeoramiento del caos económico, y Ucrania entró en un periodo de gobierno presidencial caracterizado por un retroceso en las reformas económicas. Ante el mantenimiento de los problemas económicos, el presidente Kravchuk se vio forzado a convocar elecciones presidenciales y parlamentarias para 1944. En enero de 1994, Kravchuk acordó transferir parte del arsenal nuclear de Ucrania a Rusia a cambio de recibir ayuda energética. En ese mismo mes, Yuri Meshkov, un antiguo guardia fronterizo soviético, resultó elegido presidente de Crimea en representación de una coalición que demandaba la reunificación con Rusia; después de asumir el poder, Meshkov suprimió los cargos locales del gobierno ucraniano, una acción que el gobierno de Kravchuk declaró ilegal. En febrero de 1994, en un esfuerzo para apoyar el proceso de desarme y prevenir la quiebra total de la economía de Ucrania, el gobierno de Estados Unidos se comprometió a doblar la cantidad de su ayuda financiera a Ucrania, que, por su parte, acordó incorporarse al programa Socios por la Paz de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), un plan diseñado para promover la cooperación militar entre la OTAN y los países que no son miembros de la organización. En julio de 1994, el anterior primer ministro Kuchma resultó elegido presidente de Ucrania con un 52% de los votos, mientras mantenía al primer ministro de Kravchuk, Vitaly Masol. Las elecciones simultáneas al Consejo Supremo supusieron el triunfo de los antiguos comunistas. En octubre fue aprobado un paquete de reformas económicas propuestas por Kuchma, mientras el Banco Mundial aprobó un préstamo de emergencia de 500 millones de dólares.
En marzo de 1995 Masol dimitió como primer ministro, siendo reemplazado por Yevhen Martchuk. Mientras tanto, el Consejo Supremo ucraniano votó para anular la Constitución de la República de Crimea y dio instrucciones al Tribunal Supremo para presentar cargos contra Meshkov (que ya había sido destituido por la asamblea legislativa de Crimea) por violaciones constitucionales, y Kuchma tomó el control presidencial directo de la República de Crimea. Al mismo tiempo, el Fondo Monetario Internacional aprobó un préstamo a Ucrania, para impulsar su economía, valorado en 2.000 millones de dólares. Las demandas de Kuchma por conseguir amplios poderes que le permitieran sacar adelante las reformas económicas chocaron con el Consejo Supremo, que finalmente accedió a ellas hasta la entrada en vigor de una nueva constitución, aprobada en junio de 1996. Un mes antes, Pavlo Lazaranko sustituyó como primer ministro a Yevhen Martchuk.

En julio de ese año el nuevo primer ministro sufrió un atentado. Algunos vieron tras este hecho un reflejo de la lucha por el poder librada entre los poderosos clanes de políticos y hombres de negocios de Dniepropetrovsk, por un lado, y los de Donetsk, por otro. Esta conflictividad de carácter regional, acompañada de una corrupción generalizada, comenzó a tener un papel preponderante en la vida política de Ucrania.
En junio de 1997 el presidente Kuchma cesó al primer ministro Lazarenko, que había recibido numerosas críticas por la lentitud con que se habían acometido las reformas económicas durante su breve mandato. El jefe de Estado nombró a Valeri Pustovoitenko como sucesor de Lazarenko en el mes de julio. En las elecciones legislativas celebradas en marzo de 1998 los comunistas obtuvieron un amplio porcentaje de los votos; pese a ello, siguieron sin superar el 25% de los escaños en el Consejo Supremo, controlado por los independientes.
Los resultados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales, celebradas el 31 de octubre de 1999, dejaron a Kuchma, con el 36% de los votos, muy por delante del candidato comunista, Piotr Simonenko (22%), y a éste con una enorme ventaja sobre el socialdemócrata Alexandr Moroz (11%) y la izquierdista radical Natalia Vitrenko (11%). En la segunda vuelta, disputada el 14 de noviembre de ese año, Kuchma, con un 56,23%, superó en casi 20 puntos a Simonenko (37,86%) y logró ser reelegido presidente de la República. En diciembre, Kuchma designó primer ministro a Víktor Yúshenko, quien durante mucho tiempo había ejercido la presidencia del Banco Nacional de Ucrania. Éste adquirió una gran popularidad gracias a la ejecución de políticas tendentes a la reforma económica y a poner fin a la corrupción; sin embargo, en mayo de 2001 fue destituido tras no superar una moción de censura parlamentaria promovida por los sectores izquierdistas de la cámara. Para sustituirlo, Kuchma nombró primer ministro a Anatoli Kinaj. En las elecciones legislativas del 30 de marzo de 2002, el Partido Comunista obtuvo 66 escaños, perdiendo terreno respecto a la consulta de cuatro años antes. En cambio, Nuestra Ucrania, bloque reformista vinculado a la figura de Yúshenko, consiguió unos notables resultados (112 diputados). Pese a ello, Por una Ucrania Unida, la coalición del presidente Kuchma, que logró 102 escaños, ganó el respaldo de numerosos independientes y se convirtió en el grupo parlamentario más amplio. Las protestas contra el presidente (acusado de corrupción) se incrementaron durante el verano. En noviembre, Kuchma destituyó a su gobierno y nombró primer ministro a Víktor Yanukóvich. Pese a este cambio, las manifestaciones populares pidiendo la dimisión de Kuchma se multiplicaron y adquirieron cada vez mayor fuerza.
El 31 de octubre de 2004, se celebraron las cuartas elecciones presidenciales desde la independencia. Los dos principales candidatos eran Yanukóvich y Yúshenko. El primero, avalado por el presidente, y candidato del Partido de las Regiones, representaba la línea continuista (apoyada desde Rusia) de las políticas de Kuchma; en tanto que el segundo, por Nuestra Ucrania, asumía el rol de alternativa renovadora, tendente a la democratización del sistema político y a la apertura del país hacia la Unión Europea (UE). Los resultados fueron muy ajustados (Yanukóvich recibió el 39,9% de los votos, y Yúshenko, el 39,3%), por lo que se hizo necesaria una segunda vuelta. En esta, desarrollada el 21 de noviembre, Yanukóvich recabó el 49,5% de los sufragios, por el 46,6% de Yúshenko. Sin embargo, este y sus seguidores no reconocieron los resultados y denunciaron, por fraudulento, el proceso electoral (los observadores de la OSCE confirmaron, asimismo, diversas irregularidades). Las protestas y manifestaciones de la oposición se multiplicaron por las calles, generando la que fue denominada Revolución Naranja, así llamada por el color que distinguía a los seguidores de Yúshenko. La situación alcanzó un punto álgido el 23 de noviembre, cuando este se autoproclamó presidente del país y juró simbólicamente el cargo en el Parlamento. Al día siguiente, Yanukóvich fue declarado vencedor por la Comisión Electoral Central, y Yúshenko anunció la formación de un comité de salvación nacional e hizo un llamamiento a la huelga general. Después de que el Parlamento invalidara el día 27 los resultados de la segunda ronda (cuyas presuntas irregularidades sustanciaba el Tribunal Supremo) y de una profunda mediación internacional, ambos líderes aceptaron, como salida a la crisis, la convocatoria de nuevos comicios. El Tribunal Supremo acordó finalmente anular y repetir la segunda vuelta, que se desarrolló el 26 de diciembre. En esta definitiva jornada, los ciudadanos otorgaron la victoria a Yúshenko (52% de los votos, por el 44.2% de Yanukóvich), el cual juró el cargo el 23 de enero de 2005. Un día después, el nuevo presidente nombró primera ministra a Yulia Timoshenko, la cual había sido una de sus principales aliadas durante la Revolución Naranja, amén de su viceprimera ministra entre 1999 y 2001. Tras su triunfo, Yúshenko ratificó su convicción de que el futuro ucraniano pasaba por erradicar la corrupción y afrontar un proceso de profundas reformas tendentes a la democratización de las instituciones para poder, así, unir sus destinos a Europa, en el marco de la UE.
Sin embargo, la firme colaboración inicial entre los protagonistas de la Revolución Naranja, ahora en el poder, se vio rota en septiembre de 2005. En ese mes, diversas acusaciones de corrupción salpicaron a determinados miembros del gobierno. Ante la crisis abierta, Yúshenko lo destituyó en pleno, incluida la propia Timoshenko, y designó primer ministro a Yuri Yejanúrov. Durante los últimos días de 2005 y los primeros de 2006, se desencadenó la que fue denomina ‘guerra del gas’, crisis derivada de la notable subida que Rusia aplicó al precio del gas que suministraba a Ucrania. Finalizó con un acuerdo entre los gobiernos de ambos estados que la oposición ucraniana consideró insuficiente; de hecho, no tardó en triunfar en el Parlamento una moción de censura al gobierno de Yejanúrov, que permanecería en funciones hasta las elecciones legislativas del 26 de marzo de 2006. En esa fecha, el Partido de las Regiones (liderado por Yanukóvich) consiguió 186 diputados; el Bloque Yulia Timoshenko, 129; Nuestra Ucrania, la coalición de Yúshenko, 81; y el Partido Socialista, 33. Pese a ser la formación con mayor representación parlamentaria, el Partido de las Regiones no contaba con mayoría suficiente para constituir gabinete, a lo que sí podrían aspirar, en cambio, los grupos reformistas que protagonizaran la Revolución Naranja. Sin embargo, las diferencias existentes entre los potenciales socios gubernamentales (el Bloque Yulia Timoshenko, Nuestra Ucrania y el Partido Socialista de Olexandr Moroz) resultaron insalvables. Aunque estas tres fuerzas alcanzaron un pacto para formar un gobierno de coalición, cuya jefatura ejercería Timoshenko, finalmente Yúshenko nombró primer ministro a Yanukóvich, quien recibió la aprobación parlamentaria en agosto y pasó a encabezar un gabinete apoyado, amén de por el Partido de las Regiones, por Nuestra Ucrania, el Partido Socialista y el Partido Comunista.
En abril de 2007, se inició una nueva crisis política. Después de que varios diputados abandonaran las filas de Nuestra Ucrania, Yúshenko decidió disolver la Rada y convocar comicios legislativos anticipados por medio de un decreto que, de inmediato, fue recurrido ante el Tribunal Constitucional por Yanukóvich y sus partidarios. El deterioro de las relaciones entre el presidente y el primer ministro se agudizó a lo largo del mes siguiente y la crisis institucional desencadenada solo resultó encauzada tras alcanzar ambas partes un acuerdo para celebrar elecciones legislativas anticipadas el siguiente 30 de septiembre. En ellas, las formaciones que obtuvieron mayor representación fueron el Partido de las Regiones (175 escaños), el Bloque Yulia Timoshenko (156), la coalición pro presidencial Nuestra Ucrania-Autodefensa Popular (72) y el Partido Comunista (27). Yúshenko propuso como primera ministra a Timoshenko, la cual se convirtió en jefa del gobierno el 18 de diciembre, al recibir, en la tercera votación en la cámara legislativa, el apoyo a su candidatura por parte de 226 diputados (156 de su partido y 70 de Nuestra Ucrania-Autodefensa Popular).