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lunes, 9 de agosto de 2010

Montenegro

Montenegro (nombre oficial, Republika Crna Gora, República de Montenegro), Estado parlamentario del sureste de Europa, situado en la península de los Balcanes. Limita al norte con Bosnia-Herzegovina, al este con Serbia, al sur con Albania y al suroeste con Croacia y el mar Adriático. Montenegro tiene una superficie de 13.812 km². Sus capitales son Podgorica y Cetinje.
Hasta principios de junio de 2006 formó parte del Estado de Serbia y Montenegro, que había recibido el nombre de República Federal de Yugoslavia hasta el 4 de febrero de 2003.

El relieve de Montenegro es bastante montañoso y escarpado, sobre todo en el norte, con tierras que oscilan desde los 762 m a los 2.522 m de altitud del monte Durmitor (Bobotov), la cumbre más elevada del país. Alrededor de un 60% del territorio supera los 1.000 m sobre el nivel del mar. El pico más famoso es el monte Lovćen (1.748 m), llamada la 'montaña negra' por su roca basáltica, de la cual deriva el nombre del país. El territorio montenegrino forma parte de la meseta caliza del Karst, que se configura en paralelo al mar Adriático y presenta amplios poljés cársticos, como el de Niksic, por cuyo centro discurre el río Zeta.
El cañón del río Tara es uno de los más largos del mundo y su profundidad alcanza los 1.300 metros. El Tara es afluente del Drina, que tributa al Danubio, y discurre en superficie, pero gran número de cursos fluviales fluyen bajo el roquedo calizo en forma de aguas subterráneas. Las pocas tierras cultivables se localizan en los valles fluviales, principalmente a lo largo del río Zeta, y en las llanuras que rodean el lago Scutari (Shkodër) y la localidad de Cetinje. Existen más de 40 lagos y lagunas, siendo el más extenso el mencionado anteriormente, con 391 km2, el más grande de los Balcanes.
La costa alcanza los 293 km de longitud; la playa más extensa se encuentra en Ulcinj, al sur de Montenegro, que supera los 13 km de largo. Los suelos rojos se acumulan en la estrecha franja costera y los pardos en las áreas montañosas.
Entre la región litoral, que abarca la parte meridional de Dalmacia y cuenta con un clima apacible (promedio anual de 18ºC) y con amplias playas arenosas bañadas por las aguas del golfo de Kotor, y las montañas del interior, pertenecientes a los Alpes Dináricos y en las que se han labrado numerosos valles fluviales, se encuentra una zona de transición en la que destaca la llanura del Zeta (40 m de altitud) y en la que se emplazan las capitales y otras pobladas ciudades de carácter industrial. La región costera se ha visto afectada por movimientos sísmicos.
El clima predominante es el mediterráneo, que se continentaliza hacia el interior y deja paso al clima de montaña en las sierras más elevadas, donde son frecuentes las nieves invernales. La temperatura media del mes de julio alcanza los 25ºC y el país presenta más de 240 días soleados al año. En Krivosije, en las proximidades de Kotor, se ha registrado una media de 480 mm de precipitación diarios.
La vegetación natural arbórea (haya, abeto, roble…) y los pastizales floridos (violetas, edelweis…) cubren el 80% de la superficie montenegrina, siendo la boscosa del 54% (720.000 ha, principalmente en el noreste). Debido al roquedo y a la actividad humana el bosque se degrada en maquis, un monte bajo arbustivo característico de las regiones menos húmedas de la cuenca mediterránea.
Montenegro se define como un Estado ecológico en su constitución. Se han declarado varios parques nacionales, como el de los montes Durmitor, que alberga numerosos lagos glaciares y el cañón de Tara, el Lovćen y el Biogradska, o el parque del lago Escutari. En ellos habitan numerosos mamíferos, como el ciervo, el lobo y el oso, y aves, como el águila imperial, el pelícano y el cormorán. Un lagarto de agua vive en el lago Bukumirsko, a más de 1.400 m de altitud. Se han catalogado varias especies endémicas, tanto vegetales como animales.
La población de Montenegro (según estimaciones para 2008) era de 678.177 habitantes, lo que da una densidad demográfica de 49 hab/km². El principal grupo étnico es el montenegrino; las principales minorías están compuestas por serbios, bosnios y albaneses.
Podgorica, llamada Titogrado desde 1946 hasta 1992, es la mayor ciudad y la capital administrativa y económica de Montenegro; tenía una población (2002) de 138.000 habitantes. La segunda ciudad en importancia es Cetinje, capital política y sede del parlamento montenegrino y centro cultural e histórico del país, que contaba con una población estimada de 20.500 habitantes en 2005. Otras ciudades bastante pobladas son Bar (conectada por ferrocarril con Belgrado), Berane, Bijelo Polje, Niksic, Pljevlja y Herceg Novi. En Tivat hay un aeropuerto.
El serbio es el principal idioma de Montenegro, y su dialecto ijekavski es el oficial. Están igualmente reconocidos el alfabeto latino y el cirílico. La religión ortodoxa serbia fue la más importante hasta 1993, fecha en la que se estableció la Iglesia ortodoxa montenegrina autónoma; también tiene importancia el islam.
Las primeras industrias se instalaron en Montenegro en la primera década del siglo XX y evolucionaron hasta las primeras guerras balcánicas (1912-1913), especializándose en explotación maderera, refinería de petróleo, alimentación (cerveceras y salinas) y producción energética en centrales eléctricas. Entre las dos guerras mundiales, la agricultura guardó su posición dominante en la economía nacional. Durante la era del comunismo, Montenegro experimentó un rápido crecimiento de la urbanización y de la industrialización basada en los sectores eléctrico, siderometalúrgico, hullero, textil, silvícola y maderero, además de potenciarse el turismo, particularmente a finales de la década de 1980. La economía montenegrina se vio muy afectada cuando, en mayo de 1992, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) impuso a Serbia y a Montenegro sanciones económicas por las actividades militares serbias en Bosnia-Herzegovina y Croacia. A principios del siglo XXI se inició el proceso de privatización y de modernización del país.
La economía de Montenegro estuvo basada en la agricultura y en la cría de animales; se estimaba que, a principios de la década de 1990, casi el 60% de la población activa estaba empleada en el sector agrario; en 2004 las estimaciones señalaban solo al 2% de la población ocupada. Los cultivos más importantes son cereales, tabaco, verduras, uvas, higos y aceitunas.
Las principales industrias son la metalúrgica, la silvicultura y las derivadas del procesado de alimentos, entre ellas, las salinas. En 1992, destacaban las producciones mineras de bauxita, lignito (carbón pardo) y mineral de hierro. La población ocupada en el sector económico secundario era del 30% del total en 2004. Los servicios empleaban al 68% en ese mismo año.
La red de transportes y comunicaciones se ha mejorado en los últimos años. El puerto de Bar es el principal; es una zona de libre comercio y está conectado con Podgorica por vía férrea, y también con Belgrado (Serbia). En 2005 había 250 km de trazado ferroviario (169 km electrificados) y unos 2.000 km de carreteras ciertamente modernas y asfaltadas de un total de 7.353 kilómetros, unos 3.000 km sin pavimentar. Los usuarios de Internet eran 50.000 según estimaciones para el año 2004.
El euro es la moneda en circulación en Montenegro.
El 3 de junio de 2006 el Parlamento de Montenegro declaró la independencia de esta república, confirmando así formalmente los resultados del referéndum del 21 de mayo de ese año. Anteriormente, en otro referéndum celebrado en marzo de 1992, el 66% de los votantes aprobó que Montenegro permaneciera unido a Serbia dentro de la nueva Yugoslavia creada en 1991, llamada República Federal de Yugoslavia. Durante ese tiempo se aprobaron dos constituciones en Montenegro, en 1992 y 2003.
En 1992, Montenegro había adoptado una Constitución en la que se estableció la existencia de un parlamento unicameral, que fue el que aprobó la unión con Serbia en 2003 y la independencia de 2006.
Según el texto constitucional aprobado en febrero de 2003, que dio nacimiento al nuevo Estado llamado Serbia y Montenegro, heredero de la República Federal de Yugoslavia, Montenegro mantuvo hasta su independencia su propio presidente y su propia asamblea legislativa, existiendo, en virtud de su vínculo federativo con Serbia, un presidente federal y una Asamblea común (la Asamblea de Serbia y Montenegro, estuvo compuesta por 126 diputados: 91 elegidos por Serbia y 35 por Montenegro).
Los 81 miembros del Parlamento de Montenegro son elegidos por sufragio universal. El poder ejecutivo recae en el presidente de la República, elegido cada cuatro años. Los principales partidos políticos son el Partido Democrático de los Socialistas (DPS) y el Partido Socialista Popular (SNP).
En la edad media, el territorio montenegrino conformaba la provincia de Zeta del reino de Serbia. Los señores feudales gobernaban parte del territorio, que era prácticamente autónomo. Antes de que los otomanos conquistaran Serbia, en 1389, los montenegrinos se retiraron a sus fortalezas montañosas, sobre todo al monte Lovćen, y pasaron a ser, prácticamente, el único pueblo balcánico que mantuvo su independencia. Aproximadamente en 1484, Cetinje se convirtió en la capital de ese reducto montañoso. Las hostilidades con los turcos se perpetuaron y la región mantuvo su autonomía, aunque, en realidad, los príncipes ejercían su poder en solo una parte de la actual república. En 1516, el último príncipe laico abdicó y transfirió la autoridad civil al vladika (obispo ortodoxo griego) de Montenegro. El episcopado fue en un principio un cargo electivo, pero en 1697 se convirtió en hereditario, pasando de tío a sobrino, con el gobierno de Danilo Petrović, el primer representante de la dinastía de los Petrović-Njegoš; este príncipe-obispo estableció relaciones amistosas con Rusia, tendencia que desde entonces adoptó la política montenegrina.
Se considera que los dos príncipes-obispo más destacados fueron Pedro I, que promulgó un código legislativo; y Pedro II, que instituyó un Senado, fundó escuelas, intentó erradicar las enemistades tribales y adquirió fama como poeta. Danilo I abordó la separación entre los poderes religioso y civil, aboliendo el cargo de príncipe-obispo en 1852 y declarándose a sí mismo príncipe laico. Nicolás I redactó la primera Constitución montenegrina en 1868 y, en 1905, puso fin al gobierno autocrático, garantizó una Constitución liberal e inició un gobierno parlamentario; asumió el título de rey de Montenegro en 1910. En 1912, Montenegro se unió a Grecia, Bulgaria y Serbia en una alianza contra el Imperio otomano y, como resultado de las Guerras Balcánicas, el país casi duplicó su territorio. Cuando se declaró la I Guerra Mundial, el Reino se unió a sus aliados tradicionales, Rusia y Serbia, contra los Imperios Centrales. El temor de Nicolás y de sus hijos a que la victoria aliada desembocara en reajustes territoriales que supusieran el final de su dinastía, les llevó a intrigar con el Imperio Austro-Húngaro en 1915 y 1916. Los nacionalistas eslavos, que deseaban la unión con Serbia, rechazaron esta acción.
El Imperio Austro-Húngaro ocupó Montenegro a finales de 1915. Un año después, los patriotas montenegrinos se reunieron con los serbios, croatas y eslovenos en la isla griega de Corfú y aprobaron la creación de un único Estado eslavo. Los aliados aprobaron sus pactos y, en 1918, se proclamó el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos (Estado que, en 1929, se convertiría en Yugoslavia) en el que también quedaba encuadrado Montenegro. Nicolás I fue depuesto ese mismo año y Montenegro pasó a ser la banovina (provincia) yugoslava de Zeta. Cuando las tropas del Eje invadieron la península Balcánica en 1941, durante la II Guerra Mundial, los ejércitos italianos ocuparon algunas zonas montenegrinas. En 1945, al establecerse la República Popular Federativa de Yugoslavia (comunista), Montenegro se convirtió en una de las seis repúblicas integrantes de la misma.
A principios de 1992, después de que Eslovenia, Croacia y Macedonia declararan sus respectivas independencias de Yugoslavia, se celebró un referéndum para determinar si la república montenegrina seguiría formado parte del Estado yugoslavo. Dos tercios de los votantes optaron por permanecer en la federación; en abril, después de que Bosnia-Herzegovina declarara también su independencia, Serbia y Montenegro anunciaron la formación (con las entonces provincias autónomas de Kosovo y Voivodina) de la República Federal de Yugoslavia como sucesora legal de la antigua Yugoslavia. A pesar de esto, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la comunidad internacional se negaron a reconocer oficialmente este Estado y le negaron el ingreso en la ONU, alegando que tenía que volver a presentarla bajo su propio nombre. El gobierno federal encabezado por los serbios no lo hizo.
Desde 1992, las relaciones entre Serbia y Montenegro ofrecieron signos de tensión; el principal factor fueron los daños que ocasionaron las sanciones económicas impuestas por la ONU a raíz de la guerra de la antigua Yugoslavia (y, muy especialmente, de la guerra de Bosnia-Herzegovina), que muchos montenegrinos atribuyeron al nacionalismo serbio. La ONU redujo las sanciones en octubre de 1994, sujetas a la revisión de la comunidad internacional. Otros factores que incrementaron la tensión con Serbia fueron la presión sufrida por la comunidad musulmana de Montenegro y la nueva postura serbia de consolidar las relaciones exteriores a nivel federal.
En 1993, Momir Bulatovic, presidente de Montenegro desde 1990 y alineado con las tesis nacionalistas del presidente yugoslavo Slobodan Milosevic, fue reelegido en el cargo. En las elecciones legislativas celebradas en noviembre de 1996, su formación política, el Partido Democrático de los Socialistas de Montenegro (antigua Liga de los Comunistas) consiguió la mayor parte de los escaños disputados para renovar la Asamblea. En octubre de 1997, Bulatovic fue derrotado, en la segunda vuelta de las presidenciales, por Milo Djukanovic, quien accedió a la presidencia en enero del año siguiente. Djukanovic, primer ministro de Montenegro desde 1991, era un hombre de negocios de ideario reformista, que se mostró, al contrario que su predecesor, abiertamente crítico con Milosevic y se opuso a la decisión del presidente de la República Federal de Yugoslavia de enviar, a comienzos de 1998, unidades militares a la antigua provincia autónoma serbia de Kosovo, poblada mayoritariamente por ciudadanos de etnia albanesa, con el fin de poner fin al movimiento secesionista que se estaba desarrollando en forma de protestas y atentados contra la presencia militar serbia.
En las elecciones legislativas de mayo de 1998, se impuso la coalición reformista dirigida por Djukanovic, seguida por el Partido Socialista Popular del ex presidente Bulatovic. De este modo, los reformistas pasaban a ocupar los principales órganos de decisión en la república adriática. Entre las primeras medidas de las nuevas autoridades de Montenegro destacó la negativa a reconocer la legalidad del gobierno federal yugoslavo, argumentando que los procedimientos constitucionales habían sido violados en la elección de los cargos de responsabilidad federales.
Esta actitud desafiante se mantuvo durante la crisis de Kosovo, que se agravó a lo largo de 1998 y comienzos de 1999 hasta dar paso a una guerra abierta una vez agotadas las vías diplomáticas y toda vez que el régimen de Milosevic se negó a aceptar las condiciones de las potencias occidentales. La 'limpieza étnica' iniciada meses antes por las tropas serbias contra la población albano-kosovar, a la que se acusaba de simpatizar con el Ejército de Liberación de Kosovo (ELK), se aceleró desde finales de marzo de 1999, al iniciarse los bombardeos sobre territorio yugoslavo por parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Fueron sus objetivos las instalaciones militares, infraestructuras, fábricas de armamentos y organismos oficiales, lo que afectó a numerosas ciudades de Serbia y de Montenegro y provocó un elevado número de muertos y heridos. Además, la expulsión de los ciudadanos kosovares de etnia albanesa provocó la llegada a Montenegro de un contingente considerable de hombres, mujeres y niños, si bien el grueso principal de los que huían encontró refugio en Albania y en la Ex-República Yugoslava de Macedonia.
Pese a ello, Montenegro mantuvo su postura distante respecto de Serbia. Así, Djukanovic se opuso a la ruptura de relaciones diplomáticas con los países de la OTAN, tal y como habían decidido las autoridades yugoslavas tras el inicio de los bombardeos, si bien pidió que la OTAN cesara en sus ataques y que se intentara alcanzar una solución por vías políticas.
En abril de 1999, Montenegro rechazó la declaración del estado de guerra y la censura impuesta a los medios de comunicación, y se negó a reconocer la primacía de las autoridades yugoslavas en el territorio montenegrino. Este hecho provocó que la tensión entre ambos poderes se incrementara, a la vez que el peligro de guerra civil entre los partidarios y los adversarios del presidente (Djukanovic) y el primer ministro (Filip Vujanovic, en el cargo desde febrero de 1998, y también perteneciente al Partido Democrático de los Socialistas de Montenegro). El 5 de junio de ese año 1999, el gobierno de Montenegro efectuó una propuesta para convertir a la república en un Estado dentro de una nueva confederación entre dos estados con iguales derechos, a lo que de inmediato se opuso tajantemente Milosevic.
Poco después, ya en octubre de 2000, tuvo lugar la caída del régimen de Milosevic y el acceso de Vojislav Kostunica, del Partido Democrático de Serbia, a la presidencia de la República Federal de Yugoslavia. De inmediato, las relaciones exteriores yugoslavas se normalizaron y la federación se reincorporó a los distintos foros de la comunidad internacional.
En marzo de 2002, Kostunica y Djukanovic firmaron un acuerdo en Belgrado que supuso el comienzo del fin de la República Federal de Yugoslavia y el nacimiento, sobre su misma base territorial, de Serbia y Montenegro, nuevo Estado que garantizaba, al menos momentáneamente, el mantenimiento de la unidad federativa de ambas repúblicas, en peligro por la cada vez más pujante tendencia independentista montenegrina. El 4 de febrero de 2003, el Parlamento yugoslavo aprobó la denominada Carta Constitucional de la Asociación Confederativa de Serbia y Montenegro. Al tiempo que esa Constitución de 2003 dotaba a esta entidad de autoridades e instituciones comunes (presidente, Parlamento, Consejo de Ministros, Ejército), se potenciaba el acercamiento de las economías serbia y montenegrina, cuyas respectivas monedas, dinar y euro, seguirían siendo de curso legal. A partir del 4 de febrero de 2006, es decir, transcurridos tres años, serbios y montenegrinos podrían celebrar un referéndum en el que optarían por la continuidad de esta fórmula federal o por la definitiva desintegración y la constitución de dos repúblicas independientes. El 7 de marzo de 2003 tuvo lugar la prevista elección parlamentaria del presidente federal, cargo que recayó en Svetozar Marovic, del Partido Democrático de los Socialistas de Montenegro.
Desde el mismo nacimiento de Serbia y Montenegro, los dirigentes montenegrinos preludiaron las pocas posibilidades de completar los tres años de unión previstos. En mayo de 2003, tras dos elecciones presidenciales anuladas (en diciembre de 2002 y febrero de 2003) al no superar la participación el 50% exigido por la ley electoral, fue elegido presidente de Montenegro Filip Vujanovic, quien ya en noviembre de 2002 había sucedido interinamente en el cargo a Djukanovic. Este, por su parte, había pasado a ser primer ministro montenegrino en enero de 2003.
Una muestra palpable de la escasa intención gubernamental montenegrina de permanecer unida a Serbia se produjo el 12 de julio de 2004, cuando la Asamblea de la República de Montenegro aprobó la ley de símbolos nacionales; esta disposición supuso, entre otras modificaciones, como el himno, un cambio de la bandera oficial que evitaba el parecido que la anterior guardaba con la serbia. Ese mismo día, Milo Djukanovic declaró una vez más que tanto Serbia como Montenegro merecían ser estados independientes que avanzaran en el camino de la integración europea. Los partidos de la oposición, encabezada por el Partido Socialista Popular, el Partido Popular Serbio de Montenegro y el Partido Nacional, defendían, por el contrario, la continuidad de la integración.
En virtud de lo acordado tres años antes, el 21 de mayo de 2006 pudo celebrarse en Montenegro un referéndum en el que sus ciudadanos se pronunciaron sobre el posible acceso a la independencia de la república. Acudió a las urnas algo más del 86% del electorado, siendo el 55,5% de los sufragios partidarios del ‘sí’ (se cumplían así los requisitos previamente exigidos por la Unión Europea para dar carta de validez a la consulta). De esta forma, el 3 de junio siguiente, el Parlamento de Montenegro hizo efectiva su declaración de independencia; por su parte, dos días después, Serbia reconoció disuelta la unión y proclamó su propia independencia. Poco después, en septiembre, se celebraron elecciones legislativas; la victoria del Partido Democrático de los Socialistas permitiría continuar en la jefatura del gobierno montenegrino a Milo Djukanovic, considerado ya para entonces la principal figura del proceso que había conducido al nacimiento de su país. A su vez, el 6 de abril de 2008, en los primeros comicios presidenciales desarrollados en el nuevo Montenegro independiente, Filip Vujanovic fue reelegido jefe del Estado.