Honduras (nombre oficial, República de Honduras), república de Centroamérica, limita al norte con el mar Caribe, al sur y al este con Nicaragua, al suroeste con el océano Pacífico y El Salvador, y al oeste con Guatemala. Honduras es una de las repúblicas centroamericanas de mayor extensión, con una superficie de 112.492 km². Su capital es Tegucigalpa.
La franja costera bañada por el mar Caribe es de 750 km de longitud, incluida la costa de los Mosquitos, y la del Pacífico, representada en el golfo de Fonseca, de 153 km; esta es muy recortada. Frente al litoral caribeño cuenta con las Islas de la Bahía, de importancia turística, las del Cisne y los Cayos Cochinos; en el golfo de Fonseca se localiza la isla del Tigre (con el puerto de Amapala) y de Zacale Grande, entre otras.
En Honduras predomina el clima tropical con dos estaciones, mucho más húmedo en la vertiente antillana que en la pacífica. Las regiones costeras bajas son muy cálidas y húmedas, con una temperatura media anual de 27 ºC. Las temperaturas son más templadas en las elevaciones del interior, donde alcanzan un promedio anual de 21 ºC. La estación seca se extiende de noviembre a mayo. Las precipitaciones tienen un promedio anual que oscila entre los 1.016 mm en algunos valles, hasta los 2.540 mm a lo largo de la costa del Caribe y los 3.604 mm registados en Tela.
Los bosques cubren alrededor del 41% del territorio y producen maderas duras, como el palo de Campeche, y coníferas; hay un total de 7 especies de pino hondureño. Las selvas cubren cerca de un tercio del territorio. Los bosques de encinas y de pinos son numerosos en las zonas frías más altas. Hay, además, especies maderables nobles, como la caoba, el ébano y otras. Los pastizales de sabana cubren las regiones más secas de Honduras; los más fértiles sirven de base para la importante producción ganadera con que cuenta el país. En la costa del Pacífico predomina la vegetación tropical de manglares y en la costa oriental hay bosques de palmeras. El país cuenta con varios parques nacionales y áreas protegidas, como Azul Meambar, Cerro Azul, Islas de la Bahía, Celaque, Trifinio, Pico Bonito, Agalta o Río Plátano.
La fauna es muy variada: hay osos hormigueros, monos arañas, lobos y coyotes; entre los felinos salvajes abunda el jaguar, el puma y el ocelote. Otros animales que viven en el país son: la iguana gigante, el pecarí, el caimán, la tortuga, el tapir, la serpiente coral y la mofeta de cola larga.
Existe una amplia variedad de aves, como quetzal, tucán y guacamayo, además de numerosas especies de peces y mamíferos acuáticos, como el manatí.
Honduras tiene una población (según estimaciones para 2008) de 7.639.327 habitantes, con una densidad demográfica de 68 hab/km².
El español es el idioma oficial, aunque también se hablan lenguas aborígenes, especialmente en la costa del Caribe.
Hay un 85% de población católica y un 10% de protestantes.
La agricultura es el principal soporte de la economía hondureña. El gobierno lleva a cabo proyectos para promover y expandir el sector industrial, diversificar la agricultura, mejorar los medios de transporte y desarrollar proyectos hidroeléctricos. La producción anual de electricidad en 2003 alcanzó los 4.338 millones de KWh, de los cuales el 40% se realizó en centrales hidroeléctricas.
El producto interior bruto (PIB) fue estimado en 9.235 millones de dólares en 2006, lo que suponía una renta per cápita de unos 1.325,20 dólares (según los cálculos del Banco Mundial). El sector agrario representa el 24% del PIB de Honduras (2003); dentro de él, los subsectores que más aportan, por orden de importancia, son: la agricultura, seguida de la ganadería, la avicultura, la silvicultura, la pesca y acuicultura y la apicultura.
En 2004 se estimaban 1.428.000 ha de superficie cultivable, la mayoría en las llanuras costeras. Los principales cultivos comerciales, con producción anual en toneladas, según datos de 2006, son: café (190.640) y banano. Otros cultivos importantes son: la caña de azúcar (5 millones) y el aceite de palma, mientras que los destinados a la alimentación de la población son: maíz (470.000 ), sorgo (39.000), frijol, y arroz (19.200 t); también se producen cítricos y piñas. El maíz, las judías secas y el arroz son los principales productos de la agricultura para consumo. La producción por grupos de cultivo fue de 529.200 t en el caso de los cereales, 1,70 millones de t de fruta, 634.365 t de hortalizas y 75.000 t de legumbres, entre otros.
La producción ganadera en 2006 fue de 2,5 millones de cabezas de ganado vacuno y 490.000 de ganado porcino; las aves de corral se crían para consumo local.
La unidad monetaria de Honduras es el lempira, que se divide en 100 centavos (18,90 lempiras equivalían a 1 dólar estadounidense en 2006). El banco emisor es el Banco Central de Honduras (fundado en 1950), representado en el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA) como miembro asociado.
La parte occidental del país fue asentamiento de la gran civilización maya. Las únicas ruinas que son hoy testigo de su presencia son las de Copán, correspondientes al periodo clásico maya, y que demuestran el avanzado desarrollo alcanzado por sus pobladores. No obstante, los mayas estaban ya en declive en el momento en que Cristóbal Colón, durante su cuarto viaje, llegó a la isla de Guanaja, la más oriental de las islas de la Bahía, en 1502. Hubo una gran mortandad de la población indígena debido a la conquista y a las enfermedades que los españoles introdujeron; además, el número de conquistadores españoles era reducido y sólo había algunas mujeres entre el contingente recién llegado; esto provocó que la mezcla racial se produjera de forma rápida y que los mestizos se convirtieran en el grupo predominante del país.
La conquista de Honduras comenzó en 1524, año en que Hernán Cortés, conquistador de México, envió a Cristóbal de Olid para que iniciara el sometimiento de los indígenas hondureños, en su mayoría lencas, jicaques, payas y arahuacos. La conquista se caracterizó además por las luchas entre los distintos centros de poder español localizados en México, Panamá y Santo Domingo. En cualquier caso, Honduras constituyó una provincia dependiente del virreinato de Nueva España.
Cortés llegó en 1525 para ocupar formalmente el territorio, pero el descubrimiento de oro convirtió a Honduras en un centro de intrigas y conflictos durante varios años. Alonso de Cáceres fundó la ciudad de Comayagua en 1537 y venció la resistencia heroica del caudillo indígena Lempira. El lugarteniente de Cortés en Guatemala, Pedro de Alvarado, venció a todos sus oponentes en 1539. Ese año Honduras fue incorporada a la Capitanía General de Guatemala. Comayagua fue la capital durante la mayor parte del periodo colonial, aunque el auge de la minería alrededor de Gracias le dio a esta población tal importancia que en 1543 se convirtió en la capital de la Audiencia de los Confines, creada por Carlos I y que abarcaba toda Centroamérica. Sin embargo, los depósitos de oro y plata fueron más limitados de lo que se creía y Honduras fue perdiendo su importancia inicial, por lo que la capital de la Audiencia fue restablecida en Guatemala. Honduras fue gobernada por esta Audiencia hasta 1552 y después pasó a depender de la Capitanía General de Guatemala.
La actividad minera en los alrededores de Tegucigalpa motivó que esta ciudad, cuya Alcaldía Mayor había sido creada en 1579, desafiara también la hegemonía de Comayagua, creando una rivalidad que aumentaría su intensidad después de la independencia. Sin embargo, y de forma general, la Honduras colonial fue una provincia muy poco poblada de la Capitanía General de Guatemala, con la mayoría de su población dedicada a la agricultura y a la ganadería de autoconsumo. A finales del periodo colonial, fue un importante proveedor de alimentos y ganado para las regiones de El Salvador y Guatemala.
Durante toda la época colonial, y debido a su situación estratégica, sufrió los ataques de corsarios y piratas británicos, franceses y holandeses. A finales del siglo XVII los ingleses se establecieron en Río Tinto y reivindicaron la costa septentrional de Centroamérica, la costa de los Mosquitos, que posteriormente entregarían a Nicaragua.
Después de la independencia centroamericana de España en 1821 y de México en 1823, Honduras se unió a la federación de las Provincias Unidas del Centro de América. El hondureño Francisco Morazán dirigió las fuerzas liberales que triunfaron en la guerra civil que se desarrolló entre 1827 y 1829 contra Guatemala, y fue presidente de la federación durante sus últimos diez años. En 1838, dos años antes de su caída en 1840, Honduras proclamó su autonomía; no obstante, sus vecinos más fuertes, especialmente Guatemala, ejercieron una gran influencia en la política hondureña hasta comienzos del siglo XX. Desde 1840 hasta mediados de la década de 1870, la República estuvo gobernada por conservadores, entre los que destacaron Francisco Ferrera, Juan Lindo y Santos Guardiola.
Los liberales, comenzando con Marco Aurelio Soto en 1876, dominaron el país a finales del siglo XIX y principios del XX, dedicándose a la modernización del país y a la necesidad de incrementar sus exportaciones. En 1880, la definitiva transferencia de la capital de la República —de la conservadora Comayagua a la liberal Tegucigalpa—, reflejó tanto el triunfo de los liberales como el renovado interés por la minería, que fue estimulada por el gobierno para atraer la inversión extranjera. A finales del siglo XIX, las compañías mineras estadounidenses jugaron un papel muy destacado en el desarrollo económico hondureño, lo que no impidió que Honduras continuara siendo el país menos desarrollado de Centroamérica.
Durante la primera mitad del siglo XX varias compañías frutícolas estadounidenses —como la United Fruit, la Standard y Cuyamel— hicieron rápidamente del banano la principal exportación del país, consiguiendo que los gobiernos liberales realizaran concesiones favorables. La compañía United Fruit adquirió Cuyamel en 1929, convirtiéndose en la mayor propietaria del país. Honduras aumentó sus exportaciones, desarrolló sus puertos caribeños y la ciudad de San Pedro Sula se convirtió en el principal centro de población de toda la llanura caribeña de Centroamérica. Sin embargo, la casi totalidad de los beneficios fue a parar a las compañías frutícolas estadounidenses, por lo que la mayor parte del país permaneció muy poco poblado y con un alto índice de analfabetismo.
En 1933 Tiburcio Carías Andino, fundador del Partido Nacional, fue nombrado presidente, pero antes de concluir su mandato realizó varias reformas constitucionales que le permitieron instaurar una dictadura hasta 1948 que puso fin al desorden político que había caracterizado la política hondureña. Tras ser cesado, la elite militar, poseedora de la tierra dominó el país, se resistió a la modernización de las estructuras políticas, sociales y económicas, y se plegó a los intereses estadounidenses. En 1957, el liberal Ramón Villeda y Morales fue elegido presidente constitucional; durante su gobierno, Honduras entró en el Mercado Común Centroamericano e inició programas para la reforma agraria y la ampliación de la educación. Su política provocó la desconfianza de la oligarquía hondureña que, alarmada por el triunfo del comunismo en Cuba, apoyó en 1963 un golpe de Estado dirigido por el coronel Osvaldo López Arellano que derrocó al liberal Villeda.
López Arellano gobernó el país desde 1965 hasta 1975. La frágil economía hondureña se debilitó aún más durante su régimen debido a una breve pero onerosa guerra con El Salvador, conocida como guerra del Fútbol; la fuerte emigración de salvadoreños, más de 300.000, que se habían instalado en Honduras, aumentaron el desempleo que sufría el país. En 1974 López Arellano fue acusado de estar implicado en un soborno de la United Brands (sucesora de la United Fruit), por lo que las Fuerzas Armadas apoyaron al coronel Juan Alberto Melgar Castro a dar un golpe de Estado y tomar el poder. Melgar Castro inició un ambicioso programa de reformas, pero tres años más tarde fue derrocado por otro golpe de Estado, dirigido esta vez por el general Policarpo Paz García.
A finales de la década de 1970 y durante 1980, el problema principal del país fue la inestabilidad política de sus países vecinos. El 30 de octubre de 1980 Honduras firmó en Lima un tratado de paz con El Salvador que puso fin a once años de hostilidades. En las elecciones celebradas en noviembre de 1981, el candidato del Partido Liberal, Roberto Suazo Córdova, obtuvo la presidencia y tomó posesión de su cargo en enero de 1982; sin embargo, los militares mantuvieron su influencia en la vida política. Honduras se convirtió en la base de operaciones del Ejército estadounidense y de la guerrilla antisandinista (la contra nicaragüense), que luchaban contra el gobierno sandinista de Nicaragua.
En 1990, el conservador Rafael Leonardo Callejas fue elegido presidente; su gobierno estuvo caracterizado por frecuentes huelgas y enfrentamientos políticos, además el país sufrió graves problemas financieros. En las elecciones celebradas en noviembre de 1993, el liberal Carlos Roberto Reina, destacado defensor de los derechos humanos, triunfó en los comicios. Su política estuvo orientada a disminuir la influencia del Ejército en la vida nacional; para ello, redujo los presupuestos de Defensa, nombró a civiles en los altos mandos de la policía y suprimió el servicio militar obligatorio. En el terreno económico, mantuvo una política de ajuste para reducir la fuerte inflación del país.
A finales de noviembre de 1997 se celebraron elecciones presidenciales que fueron ganadas por el candidato del Partido Liberal, Carlos Roberto Flores. Por vez primera, los partidos de izquierda se presentaron a unos comicios unidos bajo las siglas del Partido de Unificación Democrática (PUD). En septiembre de 1998, una reforma constitucional convirtió al presidente de la República en comandante en jefe de las Fuerzas Armadas. Flores nombró ministro de Defensa a un civil (Edgardo Dumas), por vez primera en la historia hondureña. Lo que en julio de 1999 pareció el inicio de un golpe de Estado se convirtió en la confirmación del poder civil sobre el militar, cuando Flores destituyó a cuatro altos cargos castrenses para poner fin a una crisis interna en las Fuerzas Armadas.
Honduras sufrió como ningún otro país los devastadores efectos del paso del huracán Mitch, que asoló el Caribe y Centroamérica durante los últimos días del mes de octubre y los primeros de noviembre de 1998. Cerca de 6.500 muertos, más de 13.000 desaparecidos y 1.500.000 damnificados, así como cuantiosos daños en las infraestructuras y en la producción agrícola (fue destruido un 70% de los cultivos), industrial y comercial del país fueron las consecuencias inmediatas. A ello hubo que añadir la desaparición de barrios enteros de Tegucigalpa, la capital de la República, y de localidades situadas principalmente en la mitad septentrional del territorio hondureño. El desastre natural vino a sumarse a una ya de por sí frágil situación económica, política y social.
El 7 de febrero de 2000, el gobierno de Flores llegó a un compromiso con el presidente nicaragüense, Arnoldo Alemán, para la creación de una zona de distensión militar en el mar Caribe hasta que el Tribunal Internacional de Justicia de Naciones Unidas, con sede en La Haya, realizara un dictamen sobre el litigio territorial que enfrentaba a los dos países centroamericanos.
En las elecciones presidenciales celebradas el 25 de noviembre de 2001 el candidato del Partido Nacional, Ricardo Maduro, derrotó al presentado por el Partido Liberal, Rafael Pineda. Asimismo, el Partido Nacional también ganó los comicios legislativos que tuvieron lugar ese mismo día, al lograr 61 escaños en el Congreso Nacional (por 55 que obtuvieron los liberales). Maduro sucedió a Flores en la jefatura del Estado el 27 de enero de 2002.
El mismo día del traspaso de poderes presidenciales, Honduras restableció sus relaciones bilaterales con Cuba, después de 41 años de ruptura diplomática. En la agenda política del nuevo presidente, la lucha contra la delincuencia ocupó un primer plano. En otro orden de cosas, Honduras anunció, en abril de 2004, la retirada inmediata del contingente que había enviado un año antes a Irak en el marco de la coalición liderada por Estados Unidos. También en lo referente a la política exterior, cabe destacar que el Congreso Nacional aprobó el llamado Tratado de Libre Comercio de América Central (TLC o CAFTA, sus siglas en inglés) con Estados Unidos, el 3 de marzo de 2005. Honduras se convertía así en el segundo país centroamericano, tras El Salvador, que ratificaba dicho acuerdo comercial entre Estados Unidos y los países centroamericanos, incluida la República Dominicana. La entrada en vigor del tratado se produciría cuando todos los países firmantes lo sancionaran.
El 27 de noviembre de 2005 tuvieron lugar comicios legislativos y presidenciales. En los primeros, la victoria fue para el Partido Liberal, que consiguió 62 escaños, por 55 del Nacional, 5 del Partido de Unificación Democrática, 4 del Partido Demócrata Cristiano y 2 del Partido de Innovación y Unidad-Social Democracia. En los segundos, el candidato liberal, Manuel Zelaya, se impuso al del Partido Nacional, Porfirio Lobo. El 27 de enero de 2006, Zelaya sustituyó a Maduro al frente del Estado.