Nicaragua (nombre oficial, República de Nicaragua), república de mayor extensión de América Central, limita al norte con Honduras, al este con el mar Caribe —donde se sitúan las islas del Maíz—, al sur con Costa Rica y al oeste con el océano Pacífico. Nicaragua tiene 129.494 km² de superficie. Su capital es Managua.
Nicaragua dispone de 509 km de costa en el océano Atlántico y 325 km en el Pacífico.
Las regiones costeras de Nicaragua tienen un clima tropical, con una temperatura cuyo promedio alcanza los 27 ºC; las caribeñas son más húmedas que las occidentales. En las altitudes mayores del interior, las temperaturas son más frescas y varían entre los 15,5 y los 26,5 ºC. La época de lluvias es de mayo a noviembre y a lo largo de la costa del Caribe las precipitaciones son mayores. La precipitación media anual es de 3.810 milímetros. Son frecuentes los fuertes aguaceros que descargan a lo largo de la costa del Caribe y en las vertientes orientales de la altiplanicie.
La vegetación de Nicaragua es de naturaleza tropical y subtropical. La proporción del área terrestre cubierta por bosques era del 43,6% en el año 2000. Abundan los pinos, cedros, caobas, quebrachos, guayacanes y árboles del hule o caucho, así como cerca de 50 variedades de árboles frutales. Dentro de la fauna de Nicaragua se encuentran el puma, el venado, jaguar, pecarí, algunas especies de monos y lagartos, así como una amplia variedad de reptiles; son abundantes los guacamayos —denominados lapas—, los colibríes y los pavos salvajes. El guardabarro es el pájaro nacional y la zacuanjoche la flor del país.
En Nicaragua existen dos importantes reservas biológicas: la del Río Indio Maíz, ubicado en la región fronteriza con Costa Rica, bosque húmedo tropical con una interesante flora y fauna, entre la que destacan el jaguar, el manatí antillano y más de 720 especies de aves, y la de Cayos Miskitos. El país cuenta con numerosas áreas protegidas que, en su conjunto, conforman el Sistema Nacional de Áreas Protegidas, SINAP. Los más destacados son varios parques nacionales, como los del Archipiélago Zapatera, Saslaya y Volcán Masaya; los Refugios de Vida Silvestre de La Flor y Río Escalante–Chacocente; las reservas naturales de Cerro Cola Blanca, Cerro Banacruz, Cerro Kilambe y Bosawas; las Reservas de Recursos Genéticos de Yucul y Apacunca; además de las áreas protegidas de Bosawas y Río San Juan, ambas declaradas Reserva de la Biosfera.
Nicaragua tiene una población (según estimaciones para 2008) de 5.780.586 habitantes. La densidad demográfica es de 48 hab/km², una de las más bajas del continente. Aproximadamente el 60% de la población se concentra en la mitad occidental del país y más del 58% es urbana. Las regiones central y del Atlántico mantienen un predominio rural, especialmente la primera, mientras que la región del Pacífico es la más urbanizada.
El español es el idioma oficial de Nicaragua. Casi el 95% de la población de Nicaragua es católica; aproximadamente el 5% es protestante.
En 2002–2003 la educación primaria y secundaria eran gratuitas y obligatorias en Nicaragua. Ese mismo año, 838.437 alumnos se inscribieron en las 7.224 escuelas primarias del país, siendo menor comparativamente el número de alumnos en las escuelas secundarias, vocacionales y de magisterio. Aproximadamente 100.363 estudiantes asisten a las 10 instituciones de educación superior, entre las que destacan la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (1812), la Universidad Centroamericana (1960), la Universidad Politécnica de Nicaragua (1968) y la Universidad Católica Redemptoris Mater (1992).
De la prehistoria, la primera evidencia son las famosas huellas de Acahualinca. Como en otros países latinoamericanos, la cultura nicaragüense refleja los modelos culturales españoles presentes desde la época colonial, combinados con una antigua herencia indígena. Los pueblos que se asentaron en territorio nicaragüense, como los nicaraos de la familia nahua, no dejaron vestigios de grandes obras arquitectónicas, pero sí de cerámica decorada. Los nicaragüenses mantienen coloridas celebraciones para conmemorar los días de los santos locales y otros eventos religiosos. La marimba es el instrumento musical más popular, al igual que otros instrumentos antiguos, como la chirimía (clarinete), las maracas, el quijongo y el zul (flauta). Aún sobreviven bailes de tiempos coloniales (Toro Huaco Moros y Cristianos, Mantudos…), así como numerosos ejemplos de arquitectura colonial española, sobre todo en las ciudades de Granada y León.
Rubén Darío es el escritor nicaragüense más universal. De entre los literatos surgidos a partir de la segunda década del siglo XX, destacan Pablo Antonio Cuadra, Ernesto Cardenal, José Coronel Urtecho, Gioconda Belli y Sergio Ramírez. Además de las grandes figuras de la literatura nicaragüense, en el apartado de las artes plásticas cabe mencionar al pintor, dibujante y grabador Armando Morales.
Los principales museos del país son el Museo Nacional de Nicaragua, ubicado en la capital, y el Museo Arqueológico de Tenderi, en la ciudad de Masaya.
El producto interior bruto (PIB) en 2006 era de 5.301 millones de dólares, es decir, 958,10 dólares per cápita (según cálculos del Banco Mundial). En 1999, la economía nicaragüense alcanzó la tasa de crecimiento más alta de las últimas dos décadas (7,4%); esta mostró en los siguientes años un menor dinamismo, con una tasa de crecimiento del PIB en 2002 del 1%. En 2006 la deuda externa fue del 4,1% de los bienes y servicios exportados.
La economía se desarrolló de forma notable hasta finales de la década de 1970, cuando los conflictos políticos interrumpieron las actividades comerciales. La agricultura es el sector económico más importante del país, aunque se han establecido algunas industrias modernas, especialmente en Managua y sus alrededores. El oro es el principal recurso mineral del país. El gobierno desempeña el papel principal en la economía de Nicaragua, que es altamente dependiente de la ayuda exterior. La escasez de alimentos y combustible provocaron una profunda depresión en la economía a mediados de la década de 1980.
La unidad monetaria de Nicaragua es el córdoba oro, dividido en 100 centavos (17,60 córdobas equivalían a un dólar estadounidense en 2006). El Banco Central de Nicaragua es el organismo encargado de la emisión de moneda y es miembro del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA).
Después de la revolución sandinista, el Gobierno de Reconstrucción Nacional derogó en 1979 la Constitución nicaragüense de 1974 y emitió una declaración de derechos. Las elecciones de noviembre de 1984 trajeron consigo la vuelta de un gobierno civil y en 1987 entró en vigor una nueva Constitución, que en 1995 fue reformada. Nicaragua se define como una república democrática, participativa y representativa.
Los primeros asentamientos humanos en Nicaragua aparecieron hace algunos miles de años, pero dejaron pocos restos de su civilización. Alrededor del 800 d.C. los nicaraos, de filiación nahua y de cuyo nombre se deriva el del país, comenzaron a invadir la vertiente pacífica del actual territorio de Nicaragua. La costa atlántica de Nicaragua fue descubierta por Cristóbal Colón en 1502, quien en su cuarto viaje dobló el cabo situado en el extremo oriental del río Coco, al que bautizó con el nombre de Gracias a Dios. A mediados de septiembre de ese año desembarcó en las cercanías del río San Juan.
La primera expedición española la llevaron a cabo Gil González Dávila y Andrés Niño, quienes llegaron a Nicaragua procedentes de Panamá en 1522. Dávila entró en contacto con los caciques Nicarao y Nicolla, iniciando la conquista y colonización del territorio. Los españoles fundaron Granada en 1523 y León un año después.
Nicaragua estuvo gobernada de 1527 a 1531 por Pedrarias Dávila, quien se distinguió por su crueldad contra los indígenas. En 1544, después de un periodo de intensa rivalidad entre los españoles, el territorio se incorporó a la Capitanía General de Guatemala. Durante la época colonial el país disfrutaba de una paz y prosperidad relativas, aunque algunos piratas ingleses, como Francis Drake, continuamente intentaban invadir y saquear las poblaciones de la costa. En 1610 la ciudad de León fue trasladada a su emplazamiento actual debido a la erupción del volcán Momotombo, que la destruyó. Durante todo ese siglo es constante la irrupción de corsarios y filibusteros ingleses: en 1643 saquearon Matagalpa y en 1664 y 1685 la ciudad de Granada.
En el siglo XVIII los británicos se aliaron con los indígenas misquitos (miskitos) y modificaron notablemente la hegemonía española. En 1748 se apoderan de San Juan del Norte y comienzan a extender su influencia por toda la costa atlántica. Durante la segunda mitad de este siglo el territorio de la Mosquitia o costa de los Mosquitos pasó a ser considerada colonia británica (hasta 1894 Nicaragua no consiguió que los ingleses se ajustaran al Tratado de Versalles y se comprometieran a desocupar la costa).
Los primeros brotes independentistas se iniciaron en 1811 en León, Masaya, Granada y Rivas; todos ellos tuvieron un fuerte carácter popular y contaron con una alta participación indígena. La Capitanía General de Guatemala, de la que formaba parte Nicaragua, declaró su independencia de España en 1821; un año después, y junto con las demás provincias vinculadas a Guatemala, quedó anexionada al breve Imperio Mexicano de Agustín de Iturbide; en 1823, después de la caída del emperador, Nicaragua formó parte de la federación de las Provincias Unidas del Centro de América (integrada, además, por Guatemala, Honduras, El Salvador y Costa Rica). En 1825 Manuel Antonio de la Cerda fue elegido primer presidente del Estado federado de Nicaragua.
La lucha sostenida entre los liberales, concentrados en la ciudad de León, y los conservadores, cuyo principal centro era Granada, se convirtió en la característica más sobresaliente de la política nicaragüense. Los liberales, que luchaban para establecer una nación independiente, consiguieron que en 1838 la Asamblea Nacional, reunida en Chinandega, proclamara la independencia de Nicaragua. No obstante, el conflicto civil continuó y en 1855 el aventurero estadounidense William Walker, con una pequeña banda de seguidores, se unió a los liberales para encabezar sus tropas. Walker ocupó y saqueó Granada en 1855, y un año después se convirtió en presidente de Nicaragua y fue reconocido como tal por Estados Unidos. Sin embargo, al apoderarse de una propiedad perteneciente a una compañía de transporte controlada por el industrial estadounidense Cornelius Vanderbilt, se ganó su enemistad. Vanderbilt apoyó a los conservadores, contrarios a Walker, quien huyó del país en 1857.
En 1893 una revolución llevó al poder al dirigente liberal José Santos Zelaya, que permaneció como presidente durante los siguientes 16 años, gobernando de forma dictatorial. Zelaya fue derrocado en 1909 y dos años después Adolfo Díaz asumió la presidencia. Durante su mandato contó con el apoyo de Estados Unidos, país que en 1912 intervino por primera vez en Nicaragua con el envío de un contingente de marines. En 1916 entró en vigor el Tratado Bryan-Chamorro, acuerdo por el que Estados Unidos obtuvo el derecho a construir un canal a través del país desde el océano Atlántico hasta el océano Pacífico, tomar en arrendamiento las islas del Maíz y establecer una base naval en el golfo de Fonseca, todo ello a cambio del pago de 3 millones de dólares. El acuerdo desencadenó las protestas de algunos países de Centroamérica y supuso la formación de una guerrilla contraria al acuerdo. Los marines se mantuvieron en Nicaragua hasta 1925 y después de su salida se produjeron nuevas revueltas contra Díaz, por lo que volvieron a intervenir un año después. A partir de ese momento, las tropas estadounidenses lucharon contra la guerrilla del dirigente liberal Augusto César Sandino.
En 1928 se celebraron nuevas elecciones y el general liberal José María Moncada asumió la presidencia un año después. Los marines se retiraron en 1933, dejando a Anastasio Somoza como comandante de la Guardia Nacional, quien un año después mandó ejecutar al guerrillero Augusto César Sandino. En 1937 fue elegido presidente, iniciando una dinastía que gobernaría el país durante más de cuarenta años de forma dictatorial.
En 1893 una revolución llevó al poder al dirigente liberal José Santos Zelaya, que permaneció como presidente durante los siguientes 16 años, gobernando de forma dictatorial. Zelaya fue derrocado en 1909 y dos años después Adolfo Díaz asumió la presidencia. Durante su mandato contó con el apoyo de Estados Unidos, país que en 1912 intervino por primera vez en Nicaragua con el envío de un contingente de marines. En 1916 entró en vigor el Tratado Bryan-Chamorro, acuerdo por el que Estados Unidos obtuvo el derecho a construir un canal a través del país desde el océano Atlántico hasta el océano Pacífico, tomar en arrendamiento las islas del Maíz y establecer una base naval en el golfo de Fonseca, todo ello a cambio del pago de 3 millones de dólares. El acuerdo desencadenó las protestas de algunos países de Centroamérica y supuso la formación de una guerrilla contraria al acuerdo. Los marines se mantuvieron en Nicaragua hasta 1925 y después de su salida se produjeron nuevas revueltas contra Díaz, por lo que volvieron a intervenir un año después. A partir de ese momento, las tropas estadounidenses lucharon contra la guerrilla del dirigente liberal Augusto César Sandino.
En 1928 se celebraron nuevas elecciones y el general liberal José María Moncada asumió la presidencia un año después. Los marines se retiraron en 1933, dejando a Anastasio Somoza como comandante de la Guardia Nacional, quien un año después mandó ejecutar al guerrillero Augusto César Sandino. En 1937 fue elegido presidente, iniciando una dinastía que gobernaría el país durante más de cuarenta años de forma dictatorial.
Nicaragua declaró la guerra a los países del Eje en diciembre de 1941. En junio de 1945 se convirtió en miembro fundador de la Organización de las Naciones Unidas, en 1948 se unió a la Organización de Estados Americanos y en 1951 a la Organización de Estados Centroamericanos. En 1956 el presidente Anastasio Somoza fue asesinado. Su hijo, Luis Somoza Debayle, le sustituyó en el cargo y un año después venció en las elecciones y ocupó el ejecutivo. En 1967 Anastasio Somoza Debayle, el hijo más joven del antiguo dictador, fue elegido presidente y estableció un régimen autoritario y cruel, que se apoyó en la Guardia Nacional para reprimir cualquier oposición política a su gobierno.
En agosto de 1971 derogó la Constitución y disolvió la Asamblea Nacional. En las elecciones para constituir una nueva Asamblea en febrero de 1972, el Partido Liberal de Somoza ganó de forma clara. En mayo de ese año Somoza renunció al cargo de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas; el control político fue asumido por un triunvirato formado por dos liberales y un conservador. El 23 de diciembre de 1972 la ciudad de Managua fue destruida totalmente por un terremoto, con miles de muertos y damnificados. Se declaró la ley marcial y Somoza se convirtió de nuevo en jefe del ejecutivo. Fue elegido formalmente presidente en 1974.
A principios de 1978 Pedro Joaquín Chamorro, editor del diario La Prensa de Managua y destacado opositor al régimen de Somoza, murió asesinado. El presidente fue acusado de complicidad en ese hecho y el país entró en un periodo de violencia generalizada que desembocó en una verdadera guerra civil. Las fuerzas opositoras fueron dirigidas por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), grupo guerrillero formado en 1962 y llamado así en memoria de Augusto César Sandino. El avance sandinista sobre Managua fue muy rápido. Tratando de evitar otro régimen comunista (además de Cuba) en América Latina, Estados Unidos presionó a Somoza para que renunciara al poder en favor de una coalición moderada. El 17 de julio de 1979 Somoza abandonó el país, instalándose primero en Miami (Florida) y después en Asunción, Paraguay, donde fue asesinado en 1980.
Los sandinistas nombraron un Gobierno de Reconstrucción Nacional para dirigir el país. Encarando enormes dificultades, intentaron (inicialmente con el apoyo estadounidense) activar la economía, pero Estados Unidos pronto se opuso a su política izquierdista que había nacionalizado la banca y pretendía llevar a cabo una profunda reforma agraria. Después de acusarles de abastecer a la guerrilla de El Salvador, el gobierno de Ronald Reagan inició el bloqueo económico del país en 1981 y empezó a financiar a grupos armados antisandinistas, la denominada contra nicaragüense. El resultado fue una mayor radicalización del régimen sandinista, que en 1982 firmó un pacto de ayuda con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Se inició así una nueva guerra civil que provocó numerosas muertes. La contra, operando con la asistencia de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), actuó desde bases secretas localizadas en Costa Rica y Honduras.
En las elecciones de noviembre de 1984, el candidato del FSLN a la presidencia, Daniel Ortega Saavedra, ganó por un amplio margen de votos. En octubre de 1985 declaró el estado de emergencia durante un año, bajo el cual se suspendieron los derechos civiles. La ayuda militar estadounidense a la contra nicaragüense fue rechazada por el Congreso estadounidense en 1985, aunque no fue oficialmente retirada hasta octubre de 1986. Un mes más tarde se reveló que la contra se habían beneficiado de los fondos obtenidos por la venta ilegal de armas a Irán por parte del gobierno de Estados Unidos (véase Irangate). En marzo de 1988, durante la primera conversación para llegar a un acuerdo de paz, la contra y los sandinistas aceptaron una tregua. En febrero de 1989 se firmó en Costa del Sol (El Salvador) un acuerdo entre los cinco presidentes centroamericanos, que supuso el desmantelamiento de la contra y la realización de reformas constitucionales para garantizar la celebración de elecciones con plenas libertades políticas un año después.
En febrero de 1990 se celebraron elecciones generales bajo la supervisión de observadores internacionales. La coalición antisandinista apoyada por Estados Unidos, la Unión Nacional Opositora (UNO), ganó la mayoría en la Asamblea Nacional y Violeta Barrios de Chamorro, viuda de Pedro Joaquín Chamorro, fue elegida presidenta, sustituyendo a Daniel Ortega. Violeta Barrios inició un programa de reconstrucción que estableció la desmovilización de los rebeldes de la contra, la reducción gradual del número de tropas del Ejército y la reforma monetaria. El alto índice de inflación descendió, pero el crecimiento económico permaneció estancado y el desempleo aumentó.
En 1991 Violeta Chamorro nombró a Humberto Ortega, hermano de Daniel Ortega y destacado dirigente sandinista, jefe de las Fuerzas Armadas, que logró el descontento de los que apoyaban a la contra, muchos de los cuales volvieron a tomar las armas. La crisis estalló en 1993, cuando las fuerzas de la contra secuestraron a 38 personas para forzar la renuncia de Humberto Ortega. Los aliados sandinistas respondieron con el secuestro del vicepresidente del país y de otras 32 personas. Todos los rehenes fueron liberados en agosto de 1993 y Humberto Ortega abandonó finalmente su cargo en febrero de 1995.
En octubre de 1996 Nicaragua celebró nuevas elecciones presidenciales, en las que Arnoldo Alemán, candidato apoyado por los sectores aglutinados anteriormente en la UNO, venció al dirigente del FSLN, Daniel Ortega. En enero de 1997, Alemán tomó posesión de su cargo de presidente.
Durante los meses de septiembre y octubre de 1998 trascendieron, a través de distintos medios de comunicación y de la oposición, tanto sandinista como liberal disidente, las presuntas prácticas de nepotismo en las altas instancias del Estado por parte de familiares y allegados al presidente de la República.
Estas acusaciones quedaron en un segundo plano cuando, a finales de octubre, se produjo el paso por territorio nicaragüense del huracán Mitch, que asoló durante una semana a gran parte de Centroamérica. Además de las cuantiosas pérdidas materiales que acarreó su llegada, el huracán provocó en el país la muerte de unas 3.800 personas y la desaparición de aproximadamente 2.000; además, en torno al millón de personas resultaron damnificadas por esta catástrofe natural.
Sin haberse recuperado del desastre, y en parte como consecuencia del mismo, el país tuvo que hacer frente durante los meses de abril y mayo de 1999 a una grave crisis política y social motivada, entre otros asuntos, por la depuración, iniciada por el gobierno de Alemán, de los sectores vinculados al sandinismo en el Ejército de Nicaragua. A ello se unieron las protestas de estudiantes y trabajadores en demanda de sus reivindicaciones, que, dado el carácter violento que adoptaron en ocasiones y a la dura respuesta de las fuerzas del orden, pusieron al país al borde de la guerra civil.
En las elecciones legislativas y presidenciales celebradas el 4 de noviembre de 2001, la victoria fue para el Partido Liberal Constitucionalista (PLC), que logró 47 diputados en las primeras y cuyo candidato, Enrique Bolaños, obtuvo el 56,3% de los sufragios en las segundas y resultó elegido para suceder a su correligionario Arnoldo Alemán en la jefatura del Estado a partir del 10 de enero de 2002. Esta cita electoral supuso una nueva derrota de Daniel Ortega, otra vez aspirante a la presidencia por el FSLN (grupo que consiguió 43 actas de diputado). Sin embargo, cinco años después, el 5 de noviembre de 2006, el líder sandinista se garantizó su regreso a la presidencia (hecho que se produjo el 10 de enero de 2007) tras imponerse en las urnas a Eduardo Montealegre, candidato de la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN). Ese mismo día 5 de noviembre, el FSLN recuperó también la condición de grupo con mayor presencia en la Asamblea (logró 38 escaños, por 25 del PLC, 22 de la ALN y 5 del Movimiento de Renovación Sandinista).