Paises, banderas y mapas

Paises, Capitales y mucho más

lunes, 9 de agosto de 2010

Letonia

Letonia (nombre oficial, Latvijas Republika, República de Letonia), república situada en el noreste de Europa, limita al norte con Estonia y el golfo de Riga, un entrante del mar Báltico, al este con Rusia, al sur con Bielorrusia y Lituania, y al oeste con el mar Báltico. La superficie de Letonia es de unos 63.700 km². La población (según estimaciones para 2008) era de 2.245.423 habitantes. Riga, además de ser la capital y ciudad más importante es también el principal puerto del país.

El territorio está constituido en su mayor parte por una llanura poco elevada, que cuenta con algunas alturas moderadas en el este, la mayor de las cuales apenas supera los 300 m de altitud. En el paisaje quedan numerosos rastros de antiguas glaciaciones, como lagos, arroyos, pantanos y turberas. La línea de costa (531 km) es relativamente rectilínea, con numerosas playas arenosas. El río más importante es el Daugava, que nace en Rusia. En él se encuentran las principales centrales hidroeléctricas del país. El 45,5% del territorio de Letonia se encuentra cubierto por bosques, sobre todo pinos, abetos, abedules y álamos blancos.

El clima está dominado por influencias marinas, aunque en la parte oriental de la república hay condiciones más continentales, con mayores variaciones climáticas; en el oeste los veranos son más frescos y los inviernos más suaves. La nieve cubre Letonia de dos a más de cuatro meses al año. Los veranos son cálidos, con una temperatura media de 25 °C. Son comunes en el país los ciervos, los jabalíes y una gran cantidad de aves, entre las que se encuentra la cigüeña negra.
Al igual que la mayoría de las antiguas repúblicas de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), Letonia sufre el nocivo legado medioambiental de décadas de equivocada gestión ecológica y medioambiental. La política económica soviética favoreció la rápida creación de industrias pesadas que generan más polución que las industrias ligeras. El gobierno soviético no aplicó jamás tecnologías de control de las emisiones y la polución industrial sigue siendo un problema a causa de los altos costos que generaría la puesta al día o sustitución de las tecnologías e instalaciones existentes.
Empresas industriales, agrícolas y municipales han provocado niveles peligrosos de polución del agua. La polución del agua es especialmente grave en el Dvina Occidental y en el golfo de Riga a causa de la entrada de las aguas residuales no tratadas de Riga, que no posee una adecuada planta de tratamiento, y de los desagües industriales de las fábricas que se encuentran a lo largo del Dvina Occidental y de sus afluentes. Además, los productos químicos y petrolíferos en las bases militares han contaminado el suelo y el agua subterránea.
La polución del aire en Letonia es especialmente fuerte cuando no hay viento y los días están nublados. Los principales causantes de la polución del aire son el dióxido de azufre, el amoníaco, el fenol, el formaldehído y los óxidos de nitrógeno. Letonia sufre elevados niveles de lluvia ácida que han defoliado más de la mitad de los árboles del país. Además, la extracción de las reservas de turba sigue dañando los hábitats de flora y fauna. En 2005, el 45,5% de la superficie total del país estaba arbolado. Los asuntos medioambientales comenzaron a debatirse públicamente a finales de la década de 1980, como parte del movimiento independentista de Letonia. El gobierno ha declarado protegido el 13,7% (2007) de la superficie nacional y ha ratificado acuerdos medioambientales internacionales relativos a polución del aire, biodiversidad, cambio climático, especies en peligro de extinción, vertidos peligrosos, protección de la capa de ozono, polución naval y humedales.
El 58% de la población está integrada por letones, la nacionalidad oficial de la República. Es un pueblo báltico que habla una lengua indoeuropea relacionada con el lituano. Antes de que en 1940 fuera anexionada por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, suponían tres cuartas partes de la población. La minoría más importante es la formada por los rusos, 30% de la población, que habitan sobre todo en las áreas urbanas. Otras minorías presentes son bielorrusos (4%), ucranianos (3%), polacos (2%) y lituanos (1%). La religión más profesada por los letones es el luteranismo. También se practican otros cultos, como el catolicismo, en el este de Letonia.
El grado de urbanización es muy elevado. El 66% de la población vive en áreas urbanas, y cerca de un tercio de la misma en Riga, con 735.241 habitantes según estimaciones para 2004. Otras ciudades importantes son Daugavpils (111.231 habitantes) y Liepāja (86.496 habitantes). Un buen número de ciudades y pequeñas poblaciones se localiza junto a los ríos, canales y áreas costeras del país. La esperanza de vida al nacer en 2008 era de 71,9 años. La densidad de población es de 35 habitantes por kilómetro cuadrado.
Los sectores principales de la economía son la industria y las manufacturas, que en 2006 supusieron el 11,80% respectivamente del producto interior bruto; el PIB fue ese año de 20.116 millones de dólares, lo que suponía una renta per cápita de 8.793,70 dólares (según datos del Banco Mundial). Letonia es un importante productor de maquinaria ferroviaria para trenes eléctricos y bienes de consumo como aparatos de radio y frigoríficos o refrigeradores. Otros productos son acero, alimentos procesados y textiles (especialmente de lana). El centro regional financiero es Riga. Hay tres puertos importantes: Riga, Ventspils y Liepāja.
Las principales actividades agropecuarias son la ganadería y la producción láctea. Entre los cultivos encontramos cereales, patatas (papas), lino y remolacha azucarera. Tienen importancia económica las capturas de pescado (151.160 toneladas en 2005), sobre todo de bacalao y arenque. Letonia es una importante fuente de productos forestales, como el papel o la madera cortada. Los recursos minerales con que cuenta son turba, grava, arena y caliza.
Los dirigentes letones promovieron la independencia económica al abandonar el rublo ruso. El rublo letón, el rublis (que fue emitido por primera vez en mayo de 1992 como una moneda de transición designada para compensar la falta de rublos rusos en el país), se convirtió en la moneda oficial de Letonia en mayo de 1993. Más tarde, ese mismo mes, el lat (la nueva moneda del país) comenzó a sustituir al rublis como la única legal. En 2006 un dólar estadounidense equivalía a 0,60 lat.
La actual República de Letonia es la sucesora legal de la república independiente del mismo nombre que existió desde 1918 hasta 1940. La Constitución de 1922 es el documento legal supremo reconocido en el país, aunque en un futuro cercano está previsto realizar revisiones constitucionales.
La Dieta de Letonia (denominada Saeima) es un cuerpo unicameral compuesto por 100 miembros, elegidos por votación popular para periodos de cuatro años. La Dieta elige un presidente que actúa como jefe del Estado durante cuatro años. Con la aprobación de la Dieta este presidente nombra al primer ministro y al gobierno, quienes se encargan de las tareas diarias de gobierno.
Las leyes electorales no reconocían el derecho al voto a etnias no lituanas, con el fin de restringir la presencia política de ciudadanos rusos. Así, en 1993, sólo pudieron votar los ciudadanos de Letonia que lo fueran antes de 1940 y sus descendientes. Otros habitantes necesitan pasar unos requerimientos de residencia para obtener la ciudadanía y aprobar un examen de conocimiento del letón. La Saeima aprobó en agosto de 1994 una nueva ley que reconocía a otras etnias sus derechos políticos.
Los pueblos letones se establecieron en lo que hoy es Letonia durante el siglo IX d.C. Desde el siglo XIII Letonia ha estado dominada sucesivamente por alemanes, polacos, suecos, daneses y rusos. Cruzados alemanes comenzaron a convertir al cristianismo a los pueblos bálticos a comienzos del siglo XIII y desde 1237 hasta 1561 Letonia fue una parte de Livonia, bajo dominio de los Caballeros Teutónicos. Cuando en 1561 Livonia se fragmentó, Polonia absorbió las provincias de Latgale y Vidzeme al norte del río Daugava. Las provincias de Kurzeme y Zemgale, al sur y al oeste, se convirtieron en Curlandia, un ducado independiente bajo control polaco. Suecia conquistó Riga y Vidzeme en 1621 pero perdió ambas ante Rusia a comienzos del siglo XVIII. Hacia 1795, después de las sucesivas reparticiones de Polonia en 1772, 1793 y 1795, Rusia pasó a controlar toda Letonia.
Aunque a comienzos del siglo XIX los rusos abolieron la servidumbre en Letonia (existente desde la dominación alemana) la clase terrateniente alemana y rusa mantuvo un sistema autocrático. Sin embargo, los letones fueron capaces de trabajar por su completa liberación a través de asociaciones políticas y culturales. La Revolución Rusa les proporcionó la oportunidad deseada, y el 18 de noviembre de 1918, Letonia se proclamó república independiente. Más tarde, las tropas bolcheviques tomaron Riga y sustituyeron el gobierno letón por un régimen apoyado por los soviéticos. Después que las tropas aliadas y nacionales expulsaran a las rusas de Letonia en 1920, un tratado de paz entre Letonia y Rusia estipulaba que esta última respetaría la soberanía letona.
En la década de 1930 Letonia adoptó una posición neutral que se prolongó hasta el comienzo de la II Guerra Mundial. El 5 de octubre de 1939, Letonia firmó un tratado de asistencia mutua con la URSS, y posteriormente un convenio de reparaciones con Alemania. En junio de 1940, tras la caída de Francia, la URSS acusó a Letonia de formar (junto a la vecina Estonia) una alianza militar secreta anti soviética y sus fuerzas ocuparon el país. Se instaló un régimen comunista tras unas elecciones supervisadas por el Ejército Soviético, y el 5 de agosto de 1940, Letonia se convirtió en una república constituyente de la URSS. Fue ocupada por Alemania desde 1941 hasta 1945, momento en que pasó a formar parte de la URSS. La resistencia letona a las medidas administrativas soviéticas, tales como la colectivización de la agricultura, continuaron durante algún tiempo, pero hacia 1950 la sovietización era prácticamente completa.

La liberalización política en la URSS durante los últimos años de la década de 1980 provocó el despertar del nacionalismo letón. Tras la caída del comunismo y la fragmentación de la URSS en agosto de 1991, el gobierno soviético reconoció formalmente la independencia de Letonia, Estonia y Lituania el 6 de septiembre, y las tres fueron admitidas en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ese mismo mes. Las primeras elecciones parlamentarias desde la independencia tuvieron lugar en Letonia en junio de 1993. El nuevo Parlamento eligió a un economista, Guntis Ulmanis, como presidente, en sustitución de Anatolijs Gorbunovs. Las tropas rusas se retiraron oficialmente el 31 de agosto de 1994, aunque permaneció un pequeño contingente de 3.000 personas pertenecientes al personal militar ruso. Un acuerdo firmado entre ambos países daba derecho a Rusia a utilizar una base de alerta aérea en Skrunda hasta 1998.
En las elecciones legislativas de septiembre de 1995 triunfó una coalición de fuerzas de centro izquierda, Samnieks, cuyo líder, Andris Skele, formó gobierno en diciembre. Skele dimitió en enero de 1997, pero Ulmanis, después de consultar con la Saeima, le confirmó en el cargo. La renuncia, en mayo, del ministro de Defensa, Andrejs Krastins, dio lugar a una serie de investigaciones relativas a casos de corrupción, que culminó, dos meses más tarde, con la caída del gobierno de Skele. Guntars Krasts, hasta entonces ministro de Economía, fue invitado a formar gabinete por Ulmanis. En noviembre de 1997, la Saeima aprobó una enmienda constitucional que ampliaba de tres a cuatro años la duración del mandato presidencial y de la legislatura.
En octubre de 1998 los letones acudieron a las urnas para renovar los 100 escaños del Parlamento y para votar en un referéndum que debía ratificar la liberalización de la ley de ciudadanía vigente. El Parlamento saliente, ante la presión de Rusia y de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) aprobó en julio de ese año una enmienda a la ley de ciudadanía para permitir que los hijos de los rusos nacidos en la república después de 1991 puedan convertirse en ciudadanos con plenos derechos. Sin embargo, los partidos de derecha lograron el número de firmas necesarias que exige la Constitución para obligar a someter esa ley a referéndum. Los llamamientos de los principales partidos, las amenazas de sanciones de Moscú y las presiones de la Unión Europea y de la OTAN dieron resultado: el 53% apoyó las enmiendas a la ley de ciudadanía por las que pasarían a ser letones los niños rusos nacidos después de la independencia, en 1991, a la vez que se facilitaba al resto la obtención de la nacionalidad.
Un mes después de las elecciones de octubre de 1998 se formó un gobierno de coalición de tres partidos, a cuyo frente se encontraba Vilis Kristopans, de la formación centrista Vía Letona. El Partido Popular obtuvo 24 escaños en la Saeima, pero finalmente, tras prolongadas negociaciones, no formó parte de la coalición. El primer ministro saliente, Krasts, fue nombrado viceprimer ministro. En abril de 1999 fue abolida la pena de muerte, y en julio de ese mismo año, elegida por la cámara, Vaira Vike-Freiberga se convirtió en la primera mujer que accedía a la jefatura de Estado en un antiguo país comunista de Europa del Este. Una de las primeras disposiciones de la presidenta fue vetar un proyecto de ley que iba a convertir al letón en lengua oficial del Estado (discriminando, por tanto, a la minoría rusa) y que ya había suscitado protestas desde Rusia y la Unión Europea. Tras la dimisión de Kristopans, también motivada por el fracaso de su ejecutivo en la resolución de los crecientes problemas económicos, la jefatura de gobierno recayó en Skele, quien se comprometió a revisar la ley lingüística. La disputa surgida en torno a la futura dirección de la Agencia de Privatización Letona, finalizó con la ruptura de la coalición gubernamental. Se forjó otra y Andris Berzins, alcalde de Riga, pasó a ser primer ministro. El nuevo equipo ministerial, integrado por miembros del Partido Popular, Vía Letona, Patria y Libertad, y Nuevo Partido, fue aprobado por la Saeima a comienzos de mayo de 2000. El panorama político comenzó a cambiar desde finales de ese año, y las elecciones municipales de marzo de 2001 indicaron el incremento de respaldo a la oposición de cara a los comicios generales previstos para el 5 de octubre de 2002. En mayo de este año, el Parlamento votó a favor del cambio de la ley que exigía que los candidatos a diputado hablaran letón. Esta disposición se había convertido en un obstáculo para la futura adhesión del país a la Unión Europea (UE); días después, esta organización, con la que Letonia había comenzado a negociar en 1995 su posible incorporación, fijó en 2004 el año de ingreso en su seno de este país.
Las antedichas elecciones de octubre de 2002 dieron la victoria al recientemente fundado partido Nueva Era, grupo centrista que obtuvo 26 escaños y cuyo líder, Einars Repse, accedió al cargo de primer ministro de un nuevo gobierno de coalición de centro-derecha. El programa electoral de Repse había tenido como pilares básicos la reducción de impuestos y el ingreso del país en la OTAN y en la UE. En 2003, Letonia dio los últimos pasos para incorporarse a esta última: el 16 de abril firmó en Atenas, junto a otros nueve países, el Tratado de Adhesión a dicha entidad; y el 20 de septiembre siguiente, se celebró un referéndum en el que el 67% de los votantes letones dio el “sí” al futuro ingreso del país en la UE.
La ruptura de la coalición gubernamental, entre enero y febrero de 2004, provocó una crisis en el gabinete que motivó la dimisión de Repse al mes siguiente, cuando Indulis Emsis (líder de una alianza de verdes y agraristas) pasó a ser el primer ministro de un nuevo gobierno de coalición (del que formaron parte los populares). Durante ese año 2004, Letonia se convirtió en miembro de la OTAN (29 de marzo) y de la UE (1 de mayo). En diciembre, Aigars Kalvitis, del Partido Popular, sustituyó a Emsis como primer ministro. El 2 de junio de 2005, la Saeima ratificó el contenido de la Constitución europea, la llamada a ser Carta Magna de la UE.
El 8 de julio de 2007, tras su elección parlamentaria el anterior 31 de mayo, Valdis Zatlers sucedió a Vaira Vike-Freiberga en la presidencia del país. En diciembre de ese año, tras dimitir Kalvitis, el liberal Ivars Godmanis, miembro de Vía Letona, pasó a encabezar un nuevo gobierno.