Bosnia-Herzegovina (nombre oficial, Bosna i Hercegovina, Bosnia y Herzegovina), república del sureste de Europa situada en la península de los Balcanes; limita al norte y oeste con Croacia, al este con Serbia y al sur con Montenegro. Parte constituyente de la antigua Yugoslavia, declaró su independencia en 1992, lo que provocó el estallido de una guerra, inscrita en la llamada guerra de la antigua Yugoslavia. Su territorio ocupa 51.129 km² de superficie y Sarajevo es la capital.
Presenta un paisaje montañoso y húmedo por el norte, en Bosnia, con prados y bosques; por el sur, en Herzegovina, destacan las mesetas calizas poco fértiles. Los Alpes Dináricos atraviesan el norte del país. Gran parte del territorio se sitúa dentro de la región del Karst, una meseta caliza alterada por depresiones y crestas. Su cumbre más elevada es el Maglic, con 2.386 m de altitud. Su litoral es de unos 20 km de longitud en la vertiente del mar Adriático.
El principal río es el Sava, afluente del Danubio y que traza frontera por el norte, destacando el río Neretva por el sur, que desemboca en el mar Adriático. Los macizos boscosos de Krajina, al noroeste, y Stari Viah, al noreste, no sobrepasan los 1.500 m de altitud y han sido profundamente labrados por los afluentes del Sava.
El clima es mediterráneo en el sur costero, pero se continentaliza hacia el norte y el interior.
La contaminación del aire causada por la industria metalúrgica, la deforestación y la escasez de agua son algunos de los problemas con los que se enfrenta el país, todavía en vías de recuperación tras la destrucción de sus infraestructuras debida al conflicto civil de la década de 1990. Ha firmado varios acuerdos internacionales relacionados con la biodiversidad y la naturaleza, como la Convención de Ramsar.
Antes de la guerra, en 1990, la república yugoslava de Bosnia-Herzegovina tenía 4.423.646 habitantes. En 2008, su población era de 4.590.310 habitantes. En 2004 la tasa de urbanización era solo del 45%.
Los bosnios (mayoritariamente musulmanes suníes) constituyen el mayor grupo étnico (48% de la población); los serbios (de religión cristiana ortodoxa principalmente), el 37,1%, y los croatas (cristianos católicos en su mayoría), el 14,3%.
Bosnia-Herzegovina cuenta con tres lenguas oficiales: el bosnio, el croata (ambas se escriben en alfabeto latino) y el serbio (que utiliza el cirílico), las tres variedades de la lengua serbocroata (una de las denominadas lenguas yugoslavas).
Sarajevo, con 579.000 habitantes en 2003, Zenica (128.495 habitantes), Banja Luka (142.644 habitantes), Tuzla (133.861 habitantes) y Mostar (105.448 habitantes) son las principales ciudades.
Sarajevo es la capital, si bien la ciudad de Banja Luka es, desde la conclusión de la guerra, la sede del gobierno de una de las entidades administrativas y políticas que la forman: la República Serbia de Bosnia (también conocida como República Serbobosnia). La otra entidad que integra Bosnia-Herzegovina es la Federación Croata-musulmana, cuyo nombre oficial es el de Federación de Bosnia y Herzegovina. El distrito de Brčko forma una tercera unidad administrativa, incluida en la República Serbia de Bosnia.
En 1993, a causa de la guerra, la economía estaba estancada y la mayor parte de la población subsistía gracias a la ayuda humanitaria exterior. Al deterioro de la economía se unió el bloqueo económico por parte de Serbia y Croacia. Es un país inmerso en un proceso de reconstrucción de la infraestructura destruida por la guerra y de cambio de un sistema comunista a una economía de mercado, además de estar llevando a cabo la transición de una economía dependiente de la ayuda internacional a una economía autosuficiente. En 2005, subsistían varios problemas, como la alta tasa de desempleo (45%), un elevado déficit comercial (las importaciones superan tres veces el nivel de las exportaciones) y el fuerte sector informal generador de riqueza no cuantificada. En 2003 se exportaban principalmente metales y ropa y se importaban alimentos y productos químicos.
La unidad monetaria es el marka o marco convertible (que equivale a 0,51 euros). En 1991, el producto interior bruto (PIB) era de 14.000 millones de dólares, pero decreció hasta los 5.599 millones de dólares en 2002; las estimaciones, en ese último año, por sectores económicos, eran: primario, el 14,2%; secundario, el 30,8%, y terciario, el 55%. La deuda exterior se eleva al 52% del PIB.
El sistema de atención sanitaria y de prestación de otros servicios sociales en Bosnia permanece bajo control estatal. Durante la guerra, cerca de un tercio de todas las instalaciones sanitarias fueron seriamente dañadas o destruidas, y la tasa de mortalidad infantil se duplicó. El gobierno ha podido evitar mayores desastres en el sistema público sanitario gracias a la importante asistencia médica y humanitaria recibida de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y de varias organizaciones no gubernamentales y privadas de carácter benéfico.
El gasto sanitario total (suma del gasto público y privado en salud) como porcentaje del PIB era elevado en 2003: 9,5 %, similar al belga y sueco.
En 1990, la Liga de los Comunistas de Yugoslavia dejó de ser el partido único en Yugoslavia. En las elecciones a la Asamblea de Bosnia-Herzegovina, celebradas en noviembre y diciembre de ese año, el musulmán Partido de Acción Democrática (SDA, en sus siglas en serbocroata), envuelto ya en conflictos con los partidos serbios y croatas, obtuvo 86 asientos en la cámara. El Partido Democrático Serbio (SDS), fundado por el ultranacionalista serbio (en puridad, serbobosnio) Radovan Karadzic, consiguió 72 escaños, y la Comunidad Democrática Croata (HDZ) se hizo con 44 actas. Estos tres partidos alcanzaron, asimismo, los nueve puestos en la presidencia colegiada. El musulmán Alija Izetbegovic, del SDA, se convirtió en el presidente de la entidad colegiada.
Durante 1991, las tensiones étnicas se extendieron por toda Yugoslavia, lo que en Bosnia provocó un debilitamiento de la situación política. Cuando Croacia y Eslovenia declararon su independencia en junio de 1991, gran parte de los serbios que vivían en esas repúblicas comenzó a proclamar su lealtad a la Yugoslavia dominada por Serbia. En Bosnia y en Croacia, donde el número de serbios era mayor que en el resto de repúblicas yugoslavas (salvo Serbia, evidentemente), crearon las denominadas ‘repúblicas autónomas serbias’ (RAS). El rechazo del gobierno bosnio a la existencia de tales entidades condujo al estallido de conflictos armados entre serbios y el resto de la población. Estos conflictos aumentaron una vez que Macedonia obtuvo su independencia de Yugoslavia, en noviembre de 1991, antes de que la comunidad internacional le otorgara el nombre de Ex-República Yugoslava de Macedonia.
El Ejército Popular Yugoslavo (JNA) mostró su oposición a la secesión de las tres repúblicas; ante la virtual separación de Bosnia, atacó varios objetivos, incluida la ciudad de Mostar, principal urbe de Herzegovina, en el sur de la república federada. El partido ultranacionalista serbio SDS rechazó las propuestas hechas por la presidencia de la República y por el musulmán nacionalista bosnio SDA. Las negociaciones entre varios partidos bosnios finalizaron sin acuerdo alguno. Los políticos serbobosnios disconformes formaron la denominada Asamblea del Pueblo Serbio y, en noviembre de 1991, convocaron un referéndum sobre si la población serbia de Bosnia debía permanecer como parte integrante de Yugoslavia. Mientras que una mayoría aplastante votó en esa consulta a favor de la permanencia en la reducida federación, los votantes que acudieron al referéndum convocado en marzo de 1992 para toda la población bosnia (pero boicoteado por la mayor parte de los serbios) se mostraron de acuerdo con la secesión. Ese mismo mes, Bosnia-Herzegovina declaró su independencia. A comienzos de abril, los serbios, respaldados por el JNA, iniciaron los ataques contra habitantes musulmanes y croatas de la república. Acaba de comenzar una guerra civil, inscrita en el marco general de la llamada guerra de la antigua Yugoslavia, de la cual fue, de hecho, su principal conflicto.
Pese al reconocimiento internacional de la independencia de Bosnia-Herzegovina, primero por parte de Estados Unidos (en abril) y posteriormente por la ONU (en mayo), el conflicto, lejos de aminorar, fue en aumento. Para el mes de mayo de 1992, cuando Serbia y Montenegro se habían convertido ya en la República Federal de Yugoslavia (RFY, la heredera de la desmembrada Yugoslavia), los serbios se habían hecho ya con el control de las dos terceras partes de Bosnia poniendo, además, cerco a Sarajevo. Los rápidos esfuerzos tendentes a mediar en el conflicto por parte de la Comunidad Europea (actual Unión Europea, UE) y de la ONU fracasaron. El 30 de mayo de 1992, la ONU impuso sanciones económicas contra la RFY, entidad que no había recibido reconocimiento internacional. La guerra dio un nuevo giro cuando un grupo de croatas, bajo el liderazgo de Mate Boban, formó en Bosnia-Herzegovina un ‘Estado croata independiente’ llamado República de Herceg-Bosna, con su propia administración y fuerzas armadas. Durante la segunda mitad de 1992, la comunidad internacional comenzó a ser consciente y a conocer las numerosas violaciones de los derechos humanos en Bosnia-Herzegovina, en particular, las matanzas masivas de campesinos musulmanes y los abusos sexuales cometidos contra mujeres musulmanas por parte de soldados y paramilitares serbobosnios, en nombre de la denominada ‘limpieza étnica’.
En mayo de 1993, comenzó el enfrentamiento abierto entre croatas y musulmanes en Bosnia central. La lucha estuvo asociada a una brutal ‘limpieza étnica’ que provocó miles de muertes. En junio, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó una resolución por la que se creaban seis ‘zonas de seguridad’, inicialmente para áreas con población musulmana: Bihac, Tuzla, Srebrenica, Zepa, Gorazde y Sarajevo. La resolución daba luz verde al despliegue de más de 25.000 cascos azules adicionales y les autorizaba a emplear la fuerza para defender aquellas zonas. En marzo de 1994, la lucha entre musulmanes y croatas finalizó, toda vez que ambos bandos estuvieron de acuerdo en crear una federación para combatir a los serbios y para establecer una alianza con Croacia: la Federación Croata-musulmana (oficialmente denominada Federación de Bosnia y Herzegovina). La nueva federación estaba asentada sobre un área que sumaba el 58% de la superficie total de Bosnia-Herzegovina, incluyendo el territorio reclamado a los serbios (que todavía seguían controlando cerca de las dos terceras partes del país). Estaba asimismo dividida en ocho cantones, cuatro de los cuales estarían bajo control musulmán; dos, controlados por los croatas, y los dos restantes, bajo control conjunto y con población mixta. Coexistiría con el gobierno establecido de Bosnia-Herzegovina, a cuyo frente seguía estando el presidente Izetbegovic. No obstante, a comienzos de 1995, tan sólo uno de los ocho cantones, el de Tuzla, había sido creado, a la vez que surgían las disputas por el control en el gobierno de la federación.
El alto el fuego entre los serbobosnios y la Federación Croata-musulmana estuvo en vigor desde enero hasta abril de 1995. Además, la guerra en la vecina Croacia se reanudó a comienzos de mayo, lo que introdujo el temor a una generalización del conflicto a nivel regional. Las fuerzas serbias invadieron en el verano de ese año las ‘áreas de seguridad’ de Srebenica y Zepa y, según todos los indicios, masacraron a miles de civiles, musulmanes en su inmensa mayoría. Las fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) iniciaron una campaña de ataques aéreos contra posiciones serbias para prevenir posibles ataques a otras ‘áreas de seguridad’. Las fuerzas del gobierno bosnio ocuparon amplias áreas del oeste de Bosnia, lo que provocó la mayor derrota de los serbios a lo largo de la guerra. El gobierno bosnio aprovechó esta ofensiva para eliminar la rebelión que tenía lugar en el enclave de Bihac, al noroeste de la república, dirigida por Fikret Abdic, quien había colaborado con las fuerzas serbias. A finales del verano, la Federación Croata-musulmana controlaba más del 50% del territorio del país.
En agosto de 1995, Estados Unidos inició una campaña para conseguir el establecimiento de una paz duradera entre las tres partes inmersas en el conflicto de la antigua Yugoslavia, del que los acontecimientos de Bosnia-Herzegovina eran su parte esencial. Las negociaciones, que se prolongaron durante varios meses, concluyeron con la firma, el 21 de noviembre de ese año en una base aérea estadounidense cercana a la localidad de Dayton (Ohio), de unos acuerdos de gran alcance por parte de los presidentes de Bosnia (Alija Izetbegovic), Croacia (Franjo Tudjman) y Serbia (Slobodan Milosevic). Los Acuerdos de Dayton (ratificados al mes siguiente, en París, por los mismos signatarios) tenían como finalidad primordial garantizar una paz duradera y estable en Bosnia-Herzegovina y reconstruir el país balcánico desde un punto de vista económico y, lo que es más importante, político. En este sentido, la república quedaba constituida como un único Estado integrado por dos entidades: la Federación de Bosnia y Herzegovina (también conocida como Federación Croata-musulmana), que comprendería el 51% del territorio, y la República Serbia de Bosnia (asimismo llamada República Serbobosnia), que integraría el 49%. El acuerdo establecía la capitalidad del Estado en Sarajevo, ciudad que quedaría bajo el control del gobierno central. También se preveía la convocatoria de elecciones libres para ocupar los puestos en los órganos de poder, tanto del gobierno central como de las entidades constituyentes. Para asegurar la paz, una fuerza de la OTAN (conocida como Ifor, acrónimo de su nombre en inglés, Implementation Force) fue enviada a Bosnia en enero de 1996 para cumplir un mandato en la zona de un año. La fuerza estaba integrada por 60.000 soldados pertenecientes a más de 20 naciones, incluyendo aproximadamente a 20.000 estadounidenses y un gran número de franceses, británicos y españoles. Las tropas fueron estacionadas inicialmente a lo largo de la línea de demarcación entre la Federación Croata-musulmana y la República Serbia de Bosnia.
Las tres partes cumplieron inmediatamente con las principales disposiciones militares establecidas en Dayton: retirada de tropas y armas de las zonas de separación, liberación de la mayor parte de los prisioneros de guerra, y revelación del tamaño de sus fuerzas armadas a los negociadores del control de armas, pertenecientes a la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). Mientras, la ONU comenzó a tomar las medidas encaminadas a levantar el embargo económico y militar que había sido impuesto a las repúblicas de la antigua Yugoslavia en 1991. Otras disposiciones del acuerdo resultaban, no obstante, más difíciles de cumplir. Así, los nacionalistas serbios y croatas se resistieron a la integración de las comunidades divididas étnicamente, como, por ejemplo, Sarajevo y Mostar.
Como resultado de la guerra en Bosnia-Herzegovina, entre 100.000 y 250.000 personas perdieron la vida, y cerca de 200.000 resultaron heridas. La inmensa mayoría de los muertos eran musulmanes. Se estima en 2,3 millones las personas desplazadas por la guerra dentro y fuera del país.
A comienzos de 1996, el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (establecido a finales de 1993 en La Haya, Países Bajos, para juzgar a los sospechosos acusados de crímenes de especial gravedad durante la guerra de la antigua Yugoslavia) aumentó su actividad. Más de 50 bosnios, la mayor parte serbios, fueron procesados por el tribunal acusados de asesinar a ciudadanos indefensos durante la guerra. Entre los inculpados se encontraban Radovan Karadzic, el presidente de la República Serbia de Bosnia, y el general Ratko Mladic, militar que comandaba las fuerzas serbobosnias. Ambos fueron excluidos de los Acuerdos de Dayton por el presidente serbio Milosevic, si bien se mantuvieron, en la práctica, al frente de la República Serbia de Bosnia. En julio de 1996, el tribunal ordenó el arresto de Karadzic y Mladic por los cargos de genocidio y crímenes contra la humanidad. Después de un mes, los oficiales estadounidenses consiguieron que Karadzic dimitiera. Mladic fue apartado del poder en noviembre por Biljana Plavsic, que había reemplazado a Karadzic como presidenta de la República Serbia de Bosnia al haber moderado el lenguaje ultranacionalista que había mantenido al inicio del conflicto.
Las elecciones nacionales se celebraron en septiembre de 1996, bajo la supervisión de la OSCE. Los partidos nacionalistas musulmán, serbio y croata lograron los primeros puestos, consiguiendo cada uno de ellos cerca del 80% de los votos de sus circunscripciones étnicas. El musulmán Partido de Acción Democrática (SDA) consiguió el mayor número de escaños en la cámara legislativa de Bosnia. Para ocupar los tres puestos de la presidencia colectiva fueron elegidos el musulmán Alija Izetbegovic, el serbio Momcilo Krajisnik y el croata Kresimir Zubak. Izetbegovic recibió el mayor número de votos y, de este modo, accedió al cargo de presidente en primer lugar. El Partido Democrático Serbio (SDS) logró la mayor parte de los escaños en la asamblea de la República Serbia de Bosnia, y Biljana Plavsic, miembro del SDS, pudo continuar al frente de la presidencia serbobosnia. El SDA se hizo con la mayoría en la cámara legislativa de la Federación Croata-musulmana, seguido por la Comunidad Democrática Croata de Bosnia-Herzegovina (HDZ).
En octubre, Izetbegovic y Milosevic acordaron establecer plenas relaciones diplomáticas entre Serbia y Bosnia-Herzegovina. En diciembre, la OTAN creó una fuerza de estabilización (en inglés, Strong Stabilitation Force, Sfor), integrada por 31.000 efectivos, para reemplazar a los 60.000 miembros de la Ifor, cuyo mandato de un año expiraba ese mes. La misión de la Sfor consistía en disuadir a los contendientes de iniciar nuevas hostilidades y de procurar crear un clima de seguridad en los esfuerzos por pacificar el territorio bosnio. Estados Unidos contribuyó con 8.500 soldados a la nueva fuerza de paz, cuya permanencia en la zona se prolongaría hasta junio de 1998.
En septiembre de 1997, se produjo en la República Serbia de Bosnia una conflictividad creciente entre los seguidores de la ‘moderada’ Biljana Plavsic (localizados en la región de Banja Luka y apoyados por Milosevic) y los de los ‘radicales’ Radovan Karadzic y Momcilo Krajisnik (mayoritarios en el sureste de la república y repudiados por sus antiguos mentores de Belgrado). En este sentido, la presencia de la Sfor fue determinante para conseguir bloquear el intento de los radicales por hacerse con el control de los órganos de poder en la República Serbia de Bosnia. Los días 22 y 23 de noviembre de ese año 1997, tuvieron lugar elecciones parlamentarias en la República Serbia de Bosnia. Plavsic se presentó al frente de un nuevo partido de corte nacionalista moderado, la Alianza del Pueblo Serbio (SNS). En los comicios, se constató la división política de la República Serbia de Bosnia: el este del territorio autónomo quedó en manos del SDS y de los ultranacionalistas del Partido Radical Serbio, en tanto que en la parte occidental venció un conglomerado integrado por la SNS, social-liberales, socialistas y grupos musulmanes. La SNS obtuvo 15 escaños, los mismos que los ultranacionalistas del Partido Radical Serbio, en tanto que el Partido Democrático Serbio (SDS), pese a perder la mayoría, logró 24 diputados. Aunque eran mayoría, los partidos nacionalistas fueron incapaces de formar un gobierno de coalición, por lo que, en enero de 1998, el Parlamento eligió primer ministro a Milorad Dodik, el candidato apoyado por Plavsic. El primer ministro trasladó la capital de la República Serbia de Bosnia desde Pale, bastión nacionalista durante la guerra, hasta Banja Luka, donde los seguidores de Plavsic tenían mayor influencia. El nuevo gobierno realizó renovados esfuerzos por cumplir con lo acordado en Dayton, incluida la búsqueda de supuestos criminales de guerra.
En julio y agosto de 1998, y ante la presión del Consejo Internacional para la Aplicación de los Acuerdos de Paz de Dayton, los tres miembros de la presidencia colegiada de Bosnia-Herzegovina acordaron precipitadamente aprobar tres de los puntos que les exigía la comunidad internacional: un pasaporte común, una ley de ciudadanía y una ley sobre el funcionamiento del Consejo de Ministros. En septiembre de 1998, se celebraron elecciones generales, las segundas desde el final de la guerra, para elegir a los representantes a la presidencia tripartita o colectiva, el Parlamento estatal y las alcaldías, así como a la presidencia de la República Serbia de Bosnia. Los primeros puestos fueron ocupados, una vez más, por los partidos étnicos, pese a los deseos de la comunidad internacional de que los grupos políticos más moderados fueran los triunfadores.
El dato más relevante fue la victoria del ultranacionalista Nikola Poplasen, candidato del Partido Radical Serbio en las elecciones que tuvieron lugar en la República Serbia de Bosnia. Poplasen, que se había declarado partidario de utilizar las vías constitucionales existentes para unir la República Serbia de Bosnia con Serbia (algo prohibido por los Acuerdos de Dayton), derrotó a Plavsic, que se había convertido en la valedora del proceso de paz en esa entidad constituyente. Por contra, el representante serbio elegido para ocupar el asiento en la presidencia tripartita de Bosnia-Herzegovina fue Zivko Radisic, representante del ‘moderado’ Partido Socialista de la República de los Serbios, próximo al presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic. Por su parte, el musulmán Alija Izetbegovic fue reelegido para ocupar la presidencia tripartita de Bosnia-Herzegovina, en tanto que por la parte croata el elegido era el representante del sector nacionalista.
En marzo de 1999, el español Carlos Westendorp, alto representante de la ONU en Bosnia (figura reconocida en Dayton como máxima autoridad de la especie de protectorado o tutela de la ONU en que había quedado convertido Bosnia-Herzegovina), destituyó a Poplasen. De forma simultánea, el Comité Internacional de Arbitraje decidió que la ciudad de Brčko, que desde la conclusión de la guerra en Bosnia hasta ese momento había estado bajo control serbio, fuera declarada neutral y quedara bajo la tutela de dos administraciones, una serbia y otra croata-musulmana. El Parlamento de la República Serbia de Bosnia votó de forma mayoritaria en contra de la destitución de Poplasen y rechazó el laudo sobre la ciudad de Brčko. Mirko Sarovic reemplazó a Poplasen en febrero del año siguiente. Bosnia-Herzegovina restableció relaciones diplomáticas con la República Federal de Yugoslavia (actual Estado conocido como Serbia y Montenegro). A comienzos de 2001, accedió a la presidencia croato-musulmana Karlo Filipovoc; en tanto que la presidencia tripartita o colectiva estaba constituida por Radisic, Beriz Belkic y Jozo Krizanovic. Desde marzo de ese año, los nacionalistas croatas del HDZ exigieron la “autoadministración” del territorio croata en Bosnia-Herzegovina y la salida de este de la Federación Croata-musulmana. En cualquier caso, desde finales de 2000, el descenso electoral de los partidos nacionalistas, el SDA, el SDS y el HDZ, comenzó a hacerse cada vez más evidente. En febrero de 2004, accedió a la presidencia tripartita de la República Sulejman Tihic, representante de la zona bosnia musulmana y perteneciente al SDA; le sustituyó, en octubre de ese año, el serbio Borislav Paravac, del SDS.